𝓟𝓻𝓮𝓭𝓲𝓬𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 «𝑺𝒕𝒆𝒗𝒆 𝑯𝒂𝒓𝒓𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝒏»

𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓬𝓾𝓪𝓽𝓻𝓸

𝓡𝓮𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸𝓼

Eleven comenzó a explicarles todo lo que había ocurrido en ese lapso; se suponían que los monstruos estaban construyendo algo, más específico para la niña. Llegaron a la conclusión que se trataba de un ejército para poder detener a Eleven.

— También dijo que iba a matarlos a todos...— Murmuró la niña con preocupación.

— Que simpático. — Dijo con sarcasmo la pelirroja.

— Tranquila, no pasará nada. — Amaris la abrazó con tal de calmarla.

Todos apreciaron como Nancy se movía hasta una de las ventanas al escuchar una cosa, pero la miraron con confusión al no comprender que es lo que pasaba.

— ¿Oyeron eso, chicos?

Decidieron quedarse en silencio para prestar atención a lo que supuestamente ella había oído; pero Jonathan le restó importancia pensando que solo eran los fuegos artificiales que provenían de la feria.

— Billy...— Se giró para ver a Eleven. — Cuando te dijo eso, ¿estaban aquí en esta sala?

La niña simplemente asintió entonces se quedaron en silencio, para volver a intentar escuchar lo que sea que pasaba. Hasta que Will habló, diciendo que él sabía que ellos se encontraban allí.

Todos salieron de la cabaña para ir fuera, encontrándose con que esa especie de araña gigante y asquerosa iba en dirección hacia ellos.

Nancy se dirigió al cobertizo para buscar y entrar nuevamente con una escopeta, Jonathan traía consigo un hacha; los demás habían tapeado las ventanas y puertas con todo lo que les podía servir.

— Lejos de la ventana. — Pidió Nancy.

— Y quédense atrás. — Añadió Amaris mientras movía sus muñecas en círculo.

Se colocaron en posición de defensa, escuchando los rugidos desde afuera y al mismo tiempo que veían como todo empezaba a temblar, y las luces parpadeaban.

— Está cerca...— Les aseguró Will.

Algunas cosas comenzaron a caer de las paredes, pero de la nada no se escuchó nada más.

— ¿A dónde se fue? — Inquirió Max mirando a todos lados.

Nada. Solo simple silencio.

Pero de un momento a otro una de las garras o tentáculos de la cosa gigante atravesó una de las paredes asustando a los presentes; la cosa esa se dirigió en específico hasta Eleven, entonces Amaris elevó sus manos para mantenerlo quieto.

— ¡Jonathan! — Le gritó a su amigo, quien al instante empezó a querer cortarlo con el hacha.

Sus acciones solo hicieron que se enojara y de alguna forma se zafó de los poderes de la, ahora, ojigris, para empujar a Jonathan y acercársele con tal de atacarlo a él ahora.

Nancy comenzó a dispararle hasta que se quedó sin más balas, enojando a la criatura cada vez más. La quiso atacar, entonces, Amaris se colocó frente a ella para detenerlo nuevamente dando un paso adelante.

— ¡Carajo! — Exclamó levantando su otra mano para unirlas y luego separarlas con prisa, partiendo la garra del tentáculo. — Dios.

Vieron como este retrocedía pero no le dio tiempo de recuperarse a Amaris que otro apareció atravesando otra pared buscándola para atacarla, pero Eleven se colocó en medio de la sala y lo detuvo, hasta que de pronto otra más apareció. La niña reaccionó rápidamente, deteniéndolo con su otra mano.