7| Cambio de planes

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Elena

Me despierto con el sonido estridente de mi tono de llamada. No cojo el teléfono, aun así. Dejo que suene, y cuando se para, intento volver a dormir. Pero vuelve a sonar. Suspiro mientras me incorporo en la cama y cojo el teléfono. No miro quién es.

—¿Sí?

—¿Cómo que «sí»? —Es Luke—. Elena, ¿cuándo pensabas contarme lo de anoche?

—¿De qué estás hablando? —pregunto con la boca pastosa.

—Abre la puerta, estoy aquí. —Acto seguido, cuelga.

Resoplo. Salgo de la cama y cuando abro la puerta, vuelvo a meterme bajo la sábana. Es temprano y el aire de la mañana es frío. Luke me sigue y se sienta en el colchón.

—¿Me vas a decir que no sabes nada de esto?

Me enseña la pantalla de su móvil. Es una noticia. «Caleb, el guitarrista y vocalista de The First Wish fue visto anoche con una chica en su casa a altas horas de la noche». Se me va todo el frío de golpe y le quito el teléfono de la mano para poder leerlo bien.

«Al parecer, la estrella abandonó la gala con el resto del grupo y esta misteriosa chica, que no habíamos visto nunca. No es famosa, eso es seguro. Lo que sí podemos ver es que es preciosa, desde luego. La chica estuvo con ellos durante toda la gala, e incluso se hizo fotos en el photocall con ellos. Lo más probable es que sea su nueva novia...».

Dejo de leer con la última palabra. Novia. Pero eso no es todo: hay fotos adjuntas en las que salimos Caleb y yo. Hay una que captura el momento en el que me ayudó a salir de la limusina al llegar a su casa, y otra más entrando. Creo que me he quedado sin respiración.

—Estoy jodida.

—¿Que estás jodida? —Luke se ríe—. No has visto las fotos que te hicieron ayer, ¿verdad?

Cuando ve mi expresión, deduce que, efectivamente, no las he visto. Vuelve a mirar la pantalla de su móvil, busca algo y vuelve a dármelo. Son las fotos que nos hicimos en la alfombra roja. Hay una en la que Caleb sale cogiéndome la mano para llevarme con ellos en el photocall. En otra salimos mirándonos. Fue cuando me quedé paralizada y él me pidió que sonriera. Salimos muy juntos. Pegados el uno al otro. Tan cerca que parece que fuéramos a besarnos. Y le brillan los ojos.

Mierda.

—¿Y bien? —insiste Luke.

—No sé qué es lo que quieres que te diga de estas fotos, Luke.

Él se me queda mirando embobado. Sus ojos verdes se achinan cuando se ríe otra vez.

—Madre mía, Elena. Te gusta.

El pulso se me acelera.

—¿Qué?

—Que te gusta. Y tú le gustas. Joder, ¿no has visto la puñetera foto? —Coge el teléfono, lo desbloquea y me pone delante la maldita foto. Yo aparto el móvil de un manotazo.

—No digas tonterías.

—Elena, a mí no me engañas.

—Es complicado.

—¿Complicado? Yo diría que hay un puto cantante mundialmente famoso babeando por ti y tú no te estás dando cuenta.

—No es verdad.

—Ah, ¿no?

—No.

—¿Y por qué estás tan segura?

—¡Porque me pidió que fuéramos amigos! —digo frustrada.

—Sabía que te gustaba.

—No me gusta, solo... —Luke arquea las cejas y yo suspiro—. Me resulta muy atractivo. Esa es la verdad. Pero no hay nada más.

Amor a media vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora