35| La excursión

142 8 2
                                    

Elena

No sé cuántas veces ha preguntado Victoria que cuánto queda para llegar al «lugar sorpresa» al que los chicos quieren llevarnos.

Poco después de que termináramos de asimilar lo que acababa de pasar, nuestras vidas ahora solo parecen unas vidas... normales; como si no hubiera habido rastro de un mánager que había intentado sabotear a uno de sus mejores vocalistas para ganar más dinero y audiencia, a pesar de saber que lo estaba forzando a hacer algo con lo que no estaba de acuerdo.

Como si Roxie jamás hubiera existido. Como si Logan jamás hubiera venido a Los Ángeles a intentar volver conmigo para dejarles el camino libre a Caleb y Roxie.

Logan.

—¿En qué piensas? —me pregunta Isabelle.

—En que no he vuelto a saber nada sobre Logan —susurro.

No quiero que nadie piense que siento algún tipo de compasión por él. Mucho menos que me sigue importando después de lo que nos ha hecho a Caleb y a mí.

—No te preocupes por eso, ¿quieres? Si esto te va a dejar más tranquila... —dice sacando su teléfono del bolsillo de su sudadera.

Está buscando algo en Instagram. Después, gira la pantalla para que yo pueda verla con claridad. Alzo las cejas hasta que creo que me llegan a las raíces del pelo, totalmente sorprendida. Es una historia de hace apenas dos horas. Aparece Roxie, con su pelo negro recogido en una coleta perfecta, sin ningún pelo fuera de su sitio. Aparece de perfil, besando a un chico, que también sale de perfil.

Lo reconozco al instante.

—¿Logan? —murmuro asqueada.

—No creo que tengas que preocuparte más por esto, Elena —admite, bloqueando la pantalla del teléfono y guardándolo de nuevo en su bolsillo.

—No estoy preocupada, es solo que... Me ha sorprendido.

—¿A quién no? —pregunta riéndose—. Aunque son tal para cual.

Yo asiento, sonriendo también.

Siento que todo en los últimos días ha pasado demasiado rápido. Tanto, que no me ha dado tiempo a asimilar toda esta situación. Christian queriendo separarnos a Caleb y a mí, Roxie y Logan compinchados con él... Incluso tengo la sensación de no haber aprovechado lo suficiente el tiempo que he tenido con Caleb.

«No es como si vuestro tiempo se hubiera acabado», me recuerda mi subconsciente.

Y tiene razón.

Mi tiempo con Caleb acaba de empezar. Cuando lo busco con la mirada, me encuentro con la suya, que ya estaba sobre mí. Eso hace que me sonroje y que mi corazón empiece a latir más rápido. Está a mi izquierda, en los asientos de enfrente de la limusina, aunque desearía que estuviera a mi lado.

Justo a mi izquierda, Victoria sigue impaciente y hace que Caleb y yo la miremos.

—¿Adónde tenéis pensado llevarnos? —pregunta.

Yo miro a Caleb, y después a Ben y Alex. Pero ninguno de los tres parece dispuesto a decírselo. Isabelle y yo, a decir verdad, también estamos tan intrigadas como mi hermana, aunque no digamos nada.

—Si te lo decimos, entonces no será una sorpresa —dice Caleb—. ¿Sabes? Me sorprende que todavía no te hayas desmayado. Estás en la misma limusina que The First Wish —le recuerda, como si ella no fuera lo suficientemente consciente de ese hecho.

—Me he pasado todo el camino a Los Ángeles mentalizándome —responde encogiéndose de hombros.

—Ni me lo recuerdes —coincide Isabelle.

Amor a media vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora