𝑯𝑬𝑪𝑯𝑶 𝑹𝑬𝑨𝑳𝑰𝑫𝑨𝑫

252 21 6
                                    

Querido lector,esta historia fue creada para el #seXtiembreKSB

Se despertó abruptamente. Caliente y sudado haciendo una especie de pataleta debido a la desilusión. Gimoteó de dolor y de desesperación.

No pasaría. No guardaba esperanzas en ello. Conocía los límites de la sexualidad de su novio, y de antemano sabía que la simple propuesta sería casi un $uicidi0.

Souichi lo sintió moverse mucho y se dio la vuelta para preguntar un tanto preocupado por el chico si aquello había sido una pesadilla.

—¿Estás bien?

Morinaga se sentía muy agitado, no sabía darle una respuesta certera sin tratar de sonar ridículo.

— No lo sé—. Respondió con decepción.

El otro pensó que el chico estaba enfermando, llevó su mano hacia la frente de Morinaga y la sintió caliente. Tal vez era fiebre.

—¿Estás enfermando?

—No —respondió a secas.

—¿Qué soñabas? — Souichi no se quedó tranquilo con la respuesta, a pesar de tener mucho sueño decidió no dejar pasar por el alto sus sentimientos.

Tetsuhiro no sabía qué responder. En verdad el sueño se sentía tan vívido, que al volver a la realidad y sentir el duro peso de sus pantalones le dolió mucho.

Como muestra de su frustración sexual las lágrimas no se hicieron esperar. No quería hacerlo frente a su senpai. Creyó que eso ocasionaría problemas y no quería pelear a esa hora de la noche.

—Si te digo...— se giró sobre su eje para darle la espalda — te vas a enojar. No me vas a entender—.

La voz llorosa no tardó en salir y esto alarmó a Souichi, quién no dudó en acercarse al chico, tocando su antebrazo con gentileza.

—Me estoy tomando la molestia de preguntarte en vez de dormirme otra vez. ¿Acaso no te das cuenta?

—¿Me prometes que no te vas a enojar?— cuestionó limpiándose una lágrima y sintiéndose un poco ridículo. Aquello no era motivo para llorar, pero era algo que llevaba anhelando por muchos años. Y soñarlo fue muy cruel.

Souichi bufó de cansancio y puso en blanco los ojos. Era Morinaga siendo Morinaga y no había más remedio.

Si escucharlo le haría volver a dormir lo más pronto posible, lo haría.

—Prometo no enojarme.

Morinaga al escuchar esto de nuevo se dio la vuelta, a pesar de que solo veía sombras, sabía que esos ojos felinos le miraban en la oscuridad.

—Sucede que...estaba soñando contigo...

—hmm...¿y qué más?

— y... tú me estabas haciendo algo...

Dijo con vergüenza. Sentía sus mejillas calientes. Todo él se sentía caliente.

—¿Qué cosa?

—Tú...—suspiró, sopesando la posibilidad de cerrar el pico por el bien de la paz mundial.

—Habla ya, Morinaga—. Empezó a desesperarse. Nadie podía tener paciencia a esa hora de la madrugada.

—Tú bajaste a mis pantalones y empezaste a besarme— estaba pensando en palabras que no fueran tan escandalosas para Souichi, pero todo aquel sueño ya era escandaloso —me estabas besando mi...miembro.

—¡MORINAGA!— Exclamó su novio, ojiplático y asombrado. Y él que creyó que todo este tiempo se trataba de una pesadilla. — ¿Qué clase de sueño es ese? ¿Cuántos años tienes? Los sueños húmedos quedaron en la adolescencia.

Entre ParéntesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora