—¡No soy un homo!...ese tipo está extorsionándome.
—¿Él está extorsionándote?
—Sí, así es. En contra de mi voluntad.
Le respondió con desesperación y vergüenza a Isogai. Por nada del mundo iba a permitir que se supiera la verdad que había entre los dos.
Esperaba que, con esa respuesta quedara satisfecho y así ya no podría seguir hurgando en la vida de los demás.
...
Días después al llegar a edificio, después de una jornada de trabajo en el laboratorio, se encontró con unas patrullas en la calle y los policías rondando por los pasillos de su departamento.Isogai estaba afuera viendo todo el escenario. Souichi al llegar pregunto muy asombrado y contrariado sobre la escena.
—¿¡Qué pasa!?
—Souichi-kun lo que te pasó hace días es imperdonable. Ese tipo hizo cosas incorrectas en contra de tu voluntad.
—¿Qué, de qué hablas? ¿Qué hace la policía aquí? ¿Qué demonios hiciste?
Una angustia empezó a crecer desde lo más profundo en el pecho del científico. Hizo amago de entrar a su hogar pero el otro rubio se lo impidió.
—Deja que hagan su trabajo. No interfieras con la ley.
— Isogai, explícame qué mierda sucede aquí.
Tatsumi estaba empezando a sentir la furia en sus puños cerrados cuando vio un par de policías sacar a Morinaga del departamento.
—Por favor, ¡yo no hice nada!
Gritaba desesperado el chico con las manos esposadas.
—¡Cállate!— le ordenó un policía.
Souichi miró horrorizado la escena, su asistente fue detenido sin razón alguna por la policía.
—¿Qué qué pasa aquí?
—Senpai, ayúdame. Por favor, no me dejes ir con ellos.
El policía intervino dándole un golpe con la macana a lo que el chico se dobló de dolor y trató de buscar aire.
Otro policía abordó a los que solo miraban aquella trágica escena.
—Señor Tatsumi–san, hemos analizado los videos de las cámaras de la vía pública en dónde se encontraba la otra noche y hemos corroborado que, efectivamente este tipo estaba acosándolo y abusando de su persona.
»Su solicitud y su denuncia a tiempo fue de gran ayuda. Le esperan varios años en la cárcel, esta clase de individuos no pueden rondar en la calle así como así.
—Muchas gracias oficial, seguiremos en contacto—. Dijo muy satisfecho Isogai.
Mientras tanto Souichi no quitaba la mirada del chico que seguía sujetado por dos policías, uno a cada lado. Escuchaba sus lamentos y sus súplicas de libertad.
Estaba anonadado y seguía sin darle crédito a lo que veía. Se suponía que hoy sería un día tranquilo en compañía con Tetsuhiro. Planearon cenar juntos y después, quizá, ver algo en la televisión.
—¡Senpai! Ayúdame, no hice nada malo. POR FAVOR. DILES QUE ESTAMOS JUNTOS. DILES. ¡AYÚDAME!
El oficial al mando escuchó los gritos patéticos del criminal, sacó de su chaqueta su móvil y enseñó a los dos hombres un video.
Su contenido era sobre dos hombres en la vía pública,forcejeando, el de lentes con evidencia trataba de librarse mientras que, el arrestado ejercía presión para abusar de su persona.
El video era contundente. Souichi se mostraba en negativa total.
—¿Me va a usted a negar que no es usted? Pocos hombres tienen el cabello largo y usan gafas como las que usted está usando en estos momentos?
Un gran peso cayó sobre sus hombros, no podía negar que ese acto público no fue de su total consentimiento, pero tampoco podría llamarse como un acoso cuando su cuerpo había disfrutado de sus atenciones.
¿O sí?
No sabía qué hacer o qué decir. Solo pensó en voz alta...
—Sí soy yo...
Dijo mirando al suelo y con un tartaleo, su rostro tenía dibujada toda la vergüenza. Estaba asqueado de él mismo. Y también confundido.
—Llevenselo.
Dijo el oficial autoritario.
Y a Souichi se le destrozó el corazón, se le desvaneció el alma cuando escuchó los gritos desgarradores y perturbadores de Morinaga.
El culpable recibió otro golpe para someter la voluntad de los policías. Se lo llevaron sin miramientos.
—Hiciste lo correcto, Souichi-kun.
Le dijo Isogai sintiéndose satisfecho por haber ayudado a su amigo a liberarse de su extorsionador, o esa era la versión que Tatsumi le había contado de ellos dos.
Miss Book
No me queda más que recordarles que:
Se los advertí.
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Entre Paréntesis
FanficRelatos cortos de aquello que no se ve y me gusta imaginar. Los personajes pertenecen a Hinako Takanaga.