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<<Todo se cae a pedazos>>

Luchar.

Toda su vida había luchado, con Vigilantes, con su familia, con el mundo.

Podía ver sus armas arrinconadas en la pared de la casa, todas apoyadas y juntas, como si estuvieran abrazadas esperando paciente a su noticia.

Sus manos sostenían firmemente el aparato en sus manos.

¿Esto era real?

Se rio amargamente aguantando las lágrimas.

Si se hubiera trazado un plan de vida habría muerto antes de los 25, y esto ni siquiera estaba en sus planes.

Sonrió amargamente de nuevo hacia la prueba de embarazo.

Bien, esto no era un juego.

Volvió su mirada al espejo de cuerpo completo roto a su lado, en busca de algún signo.

Nada, su estómago y su pecho seguían tan planos como siempre, nada había cambiado.

Pero en realidad sí.

Paso una mano con nerviosismo, pinchando con un dedo su vientre plano.

—¿Hola? —Nadie le contesto, para ser una chica que hablaba con figuras inanimadas, el que no le respondieran era muy grosero.

Pero estaba bien.

Luego miro a la esquina de su cuarto, armas amontonadas junto con masca fuegos, todo en la habitación era un desastre.

Volvió su mirada al espejo.

Ella era un desastre.

Ni siquiera tenía madera para madre, ¿Verdad?

No duraría con un bebe ni dos días, ella explotaba cosas, no podía tener un bebe.

En Piltover ofrecían el interrumpiendo del embarazo, recordó, un proceso costoso y donde por cierto tendrían que verla.

No era su mejor plan.

Tampoco podía acceder a las estrategias abortivas de los Lanes.

Estaba loca, pero no era estúpida.

Luego volvió su mirada al espejo, acomodando sus trenzas tras suyo.

Sonrió pesadamente.

La verdad no era un mal plan, pocas veces había visto de cerca un bebe, pero eran bonitos ¿verdad?

Tal vez podría.

Escucho un estruendo, cosas siendo tiradas al suelo con brutalidad y siendo golpeadas.

Apago cada luz del cuarto antes de acercarse con sigilo hasta la ventana.

Vigilantes, 4 o 5, cálculo

Tomo la delantera, una pistola y masca fuegos en mano.

Bajo casi saltando hasta llegar a la calle para escabullirse.

Tirar, disparar, reír.

Estaba todo listo.

...

A nadie le sorprendió escuchar el aviso, no después de que fuera colgado también en las calles.

Fue fácil tener un en manos.

Al parecer el sheriff había centrado su atención en ella, otra vez.

Esta vez están más alertas—hablo en su idioma natal señalando Jericho mientras le daba su plato de comida.

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