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<<Lado a lado>>

Lux sonrió a uno de los guardias apenas el barco encalló. Para llegar a la prisión de Stillwater la única forma siempre había sido los largos viajes en barcos, por qué fiel a su nombre, la prisión se encontraba en aguas tranquilas después de un mar en medio.

¡Bien! Ya estaba acostumbrada al trayecto, conocía a cada guardia de la instalación y ellos la conocían a ella. Entraba sin problema como una más del grupo, siempre centrada en su camino hacia una sola prisionera.

Su trabajo le había llevado años, a punto de cumplir su cuarto año en su búsqueda constante de la verdad de una sola persona.

Jinx, o como ella le apodo Jinx Lanes. Solo por el recuerdo constante de que la peli azul mujer proviene de allí.

Había hablado con ella, y ella lo había hecho igual. A penas llegó a Piltover pensó que sería totalmente difícil aprender de una prisionera, lo había localizado como un simple pasatiempo del que convenció a su hermano de dejarla participar.

Pudo haber terminado todo esto hacia años, simplemente firmando en el papeleo que se trataba de una mujer con pasado difícil y que recurrió a la violencia. Pero no lo hizo, se quedó allí.

Tan perdida en sus ojos azules como en sus historias melancólicas. Riendo a la par de sus bromas usuales o perdiéndose en su largo cabello azul.

¡Estaba bien! Ella era lo suficiente capaz para saber controlar sus propios sentimientos.

Pero no le hacía mal fantasear, tal vez conocerla en otras circunstancias.

Cómo si fueran simples citadinas de partes diferentes que se encontraron en medio de un carnaval en la plaza central. Tal vez como estudiantes de la academia en medio de una explosión de química de su parte o una exposición histórica como las que solía hacer. Quizás ambas pudieron ser libres en algún universo, ella con su magia y Jinx con sus explosiones coloridas de las que solo tenía historias.

Solo eran fantasías, fantasías que la hacían divagar y sonreír en medio de sus sesiones.

—¿Pasa algo? — A veces le sorprendía lo atenta que era, cualquier detalle diferente lo decía al instante.

—¡Oh! Nada, nada— agito sus manos con rapidez— Solo imaginaba que sería lindo si nos hubiéramos conocido antes de esto. Ya sabes...fuera de prisión —Jinx se mordió el labio, era una costumbre suya que la hacía lucir tierna. En opinión de Lux.

— No creo que sería lindo —negó— ya te hubiera disparado.

No había broma en sus palabras, pero igual hicieron reír a la rubia.

—Creo que hubiéramos sido buenas amigas ¿No lo crees? —sus mejillas se sonrojaron un poco, así que las oculto con sus manos en su rostro.

Jinx se quedó en silencio, volviendo su mirada a un libro de osos que Caitlyn le había traído a modo de broma hacia unas semanas.

Se quedó en silencio ignorando el tema, Y volvió a su libro.

Lux suspiro, estaba bien. Era algo usual de Jinx simplemente perderse entre sus propias cosas.

Pero se veía tan bien con su flequillo desordenado tras su oreja, sus labios haciendo un tipo de puchero, sus hombros relajados, sus piernas recogidas sobre la silla y un estúpido libro de osos en sus manos. Lux no se sentía mal por ser ignorada, en realidad le daba igual si podía estar a su lado, junto a ella en medio de una sala vacía con una mesa, ella a un lado y Jinx en el otro.

Juntas...entre las paredes que las hacían prisioneras de su propia realidad.

...

Un Firelight joven frunció el ceño por 5 vez consecutiva.

—Oye Raice, ¿Estas bien? Pareces molesto —su amigo lo llamo desde su lado.

—Es solo que...es Hope. —un coro unanime de gemidos aburridos salió de sus compañeros.

— Vamos amigo, solo ignórala.

—No es eso —se defendió, pero todos sus amigos le dedicaron una mirada de burla antes que este se cansará y se alejara de ellos, ganándose abucheos de sus amigos.

Sabía que había algo extraño allí, desde que el líder llevo a la odiosa Hope a su primera clase, tal como en cada presentación terminaban sentados lados a lado.

Tenía sus propias suposiciones.

Hope en realidad estaba siendo acosada. Nadie puede ser tan bueno, en especial los que más parecen buenos.

Eso había aprendido, y su nueva sospecha estaba en su propio líder. Siempre tan amable y bondadoso, siempre al lado de una joven. No era la primera vez que lo veía, nacido en medio de un burdel viendo como perseguían al resto en medio de las habitaciones y sus actos terminaban en peligro.

Sus propias alarmas se encendieron.

Apenas ambos pasaron por su rasgo de visión se escondió tras una pared, lo suficiente cerca para escuchar.

—No es necesario, en serio. —Hope se negó mientras el líder se acercó a ella, tomando un mechón de su cabello para acomodarlo tras su oreja.

—Es un día especial, iremos los dos. — Sonrió ganándose un quejido de la menor— Será divertido. Solo tú y yo, Hope.

La joven hizo una mueca mientras volteaba los ojos.

—Y podrás usar una hoverboard. —Los ojos de la chica se iluminaron.

—¡Seguro! ¿A la misma hora mañana? — Ekko rio por el cambio de actitud.

— No faltes. Pequeña interesada— Sin más agitó su cabello haciéndola reír.

Las manos del joven tras la pared temblaban.

¿Qué haría el líder con Hope solos? Sus manos se agitaban con sus propios recuerdos de la falsa felicidad que podía dar una persona.

Ellos lado a lado sonreían cómo si no tuvieran ninguna preocupación, mientras él tras la pared sentía que su garganta estaba a punto de expulsar su desayuno.

Hope podría ser un dolor de cabeza en sus propios planes, pero no podía ser parte de algo como lo que el vio pasar.

Una parte suya, solo la quiso ayudar.

Ayudar desde su lugar, no sentirse tan inútil como la última vez que vio a su madre.

Dio la vuelta de la escena con rapidez, lo primero sería que ella lo admitiera, y para eso necesitaba su confianza.

— ¡No soy interesada! — Se defendió la joven — Eres tú el que aprovecha mi cumpleaños para ir a robar pasteles papá — Ekko rio.

— ¡Es una tradición! —La peli azul volteo los ojos divertida.

...

Quiero que piensen en Raice cómo un chico que ha pasado por un estilo de vida difícil, y su mente lo hace sentir aún en esas situaciones.

Es un niño traumado que refleja sus traumas en otras personas. <:

En fin

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