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¿Sabían que ayer cumplieron años dos lector@s bonit@s? Felicidades lind@s

<<Ayuda>>

—¿Quieres sentarte? —Propuso la mujer señalando la silla vacía en la oficina, Hope tomo asiento sin dejar de mirarla.

El ceño fruncido de la joven dio por completo su negativa.

—¿Qué quiere de mí? —La mujer se burló un poco de lo irónico que era que ahora ella se lo preguntara.

—¿Crees que busco algo de ti? —La menor la observo fijamente. — Conozco esa mirada—Señalo, pero ella no le puso mucha atención.

—¿Por qué más mencionaría a mi madre? — respondió cruzando los brazos sobre su pecho.

La mujer se río.

—Dime. ¿Como está Ekko? —La peli azul se removió en su silla.

—Está bien, es un líder increíble.

—He escuchado eso... Los inquietos Firelights, les llaman el futuro de Zaun. —uso un tono sarcástico molestando a la menor. — ¿Qué sabes de tus abuelos?

Hope parpadeo, nunca espero esa pregunta y en realidad ella sabía muy poco de su propio pasado o historia.

—Nunca los conocí. —Respondió. — Murieron.

La mujer asintió.

—Oh lo sé... Aún recuerdo a un Ekko joven llorando en los escombros de lo que fue aquella mina. —Hope apretó las manos en los bordes de la silla mientras la baronesa empezaba a caminar por sus alrededores con una copa de licor en sus manos que había tomado hacia un momento— Eran buenas personas, siempre tan dedicadas a su hijo y con una lealtad ferviente.

Nerviosa, la menos paso uno de sus mechones tras su oreja.

— Nunca pude contribuir eso. —los ojos de ambas se encontraron. —Tus padres, tan orgullosos rechazaban cualquier tipo de mi propio apoyó. Ambos eran revoltosos, en especial tu madre. Pero tu padre...simplemente se cerró a todo tipo de interacción cuando la mina se derrumbó.

—Usted era propietaria de la mina. —hablo por fin— mis abuelos murieron por su culpa.

La mujer no dijo nada contra la acusación, tomando otro trago.

— Cuando era una niña era como Ekko, con padres cariñosos que preferían darlo todo por los demás. Pero tal como paso murieron. Con culpables que ni siquiera sintieron el peso de la sangre tras suyo.

—¿Qué quiere de mí? — la interrumpió con severidad.

—No lo hago por ti mocosa, tus abuelos dejaron una gran recompensa que tú padre, a diferencia de cualquier otro nunca quiso tomar.

—No quiero dinero manchado de sangre. No soy una estúpida. —se levantó rápidamente, dando la vuelta hasta el inicio de la puerta.

—¿Ni siquiera una ayuda? — Hope se detuvo, pero podía sentir la sonrisa tras ella— Yo tampoco soy estúpida niña, tú reacción con lo de tu madre fue muy evidente.

—No necesito su ayuda. Ni siquiera sabe quién soy.

—Pero se quiénes son tus padres. Nunca nadie podría imaginar el que la revoltosa Jinx se entregará por su propia decisión, solo por una pequeña.

Los ojos oscuros de abrieron, volviéndose hacia ella.

—¿Así que no sabes nada?

—Mi madre fue capturada. Ella...

La risa gruesa hizo que ella se callara.

—Oh cariño, conoces menos de tu historia de los que crees. Todos saben del día en el que la bala perdida fue capturada, el cómo camino por las calles de Zaun a plena luz del día hasta llegar contra un grupo de vigilantes de frente, sin alguna arma.

—No...es no es cier-

—Y después, ohh después —continuo, interrumpiendo a la niña con su tono lamentable. — Se dice que la sangre de todos los golpes aún queda en el final del puente. Nadie supo si seguía con vida hasta que se dio el aviso, todos supusieron su muerte después que la oficial se la llevará cargada.

—Vi, la oficial que es alabada por su captura. — sintió sus ojos aguados.

—Conoces a Vi... Una cobarde traidora que terminó dando a su pueblo por los encantos de una Piltilla.

—Ella era...

—Era una Zaunita, cómo tu o como yo. Todos escucharon de la hija de Vander.

Hope había escuchado ese nombre.

—Vander...El sabueso de los carriles. Papa me llevo a su escultura.

—Si...Vander— Afirmo— el que mantuvo a 4 niños bajo su protección después de la guerra, entre ellos una niña peli azul totalmente insignificante para el mundo.

Duro unos segundos antes que Hope respondiera, aún asombrada.

—Mi madre...Mi madre conocía a la oficial.

La mujer rio.

—No es una información que me corresponde decirte niña. —Paso el vaso por sus labios— Deberías preguntarle a tu padre.

Hope se adentró en un propio silencio evitando contactó visual con la mujer frente suyo.

Pasaron varios minutos antes que ella volviera a hablar.

—Aceptare su ayuda —La mujer sonrió, como si estuviera segura que ella aceptaría en cualquier momento. — Pero—Se detuvo un momento — No confío en usted, una sola señal de amenaza a mi o a mi grupo y esto se termina.

Alzó sus hombros sin interés a la advertencia.

—Y que vas a querer niña. —Agito la copa hacia ella.

—Información.

—¿Tienes algún tema en particular o solo quieres que te diga el final de tu novela?

Hope frunció el ceño.

—Mi madre.

...

—Era un grupo de estúpidos Enforcer, terminamos colándonos por las alcantarillas para lograr huir con vida.

Lux sonrió un poco.

—¿Todo esto por un trozo de pan? —Jinx alzó los hombros

—Puede que también hayamos tomado unos postres del mostrador—ambos sonrieron. —Es parte de la vida diaria allá abajo, o eres fuerte y sobrevives, o terminas muriendo en las estúpidas minas.

—¿Las minas? —Los ojos azules de ella fueron hasta la rubia.

—Conocí a muchos que murieron en las minas, increíbles personas que solo querían hacer feliz a su familia. —Dedico una sonrisa triste, recordando por un momento a las únicas personas de las minas que en realidad le importaron en algún momento de su infancia—Por lastima los accidentes en las minas son más comunes de lo que cualquiera quisiera.

Lux dejo que el silencio pasará por unos segundos antes de tomar la mano de Jinx con suavidad.

—Ellos necesitan ayuda, al igual que tú.

La mujer la miro antes de reír.

—Quisiera saber de alguien que en realidad le importan esas personas.

—Bueno a mí me importan. —respondió—hare todo lo que pueda, por qué me importan. —Lux sonrió animadamente—Así cómo me importas tú.

Jinx la observo atenta antes de retirar su mano lentamente de la suya, haciendo que la joven se sonroje incómoda.

Los ojos de Jinx siguieron tranquilos hasta que la pieza de oro que colgaba de su cuello llamo su atención.

—Bonito collar— Dijo, Lux se sorprendió tomando el collar con el símbolo de Demasia en sus manos, una espada que desplegaba dos alas a casa lado con un escudo tras de si con dos guerreros a cada lado, un legado familiar.

—oh...gracias.

No te olvides de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora