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<<Cosas básicas>>

—Buenos días queridos alumnos—un coro de saludos sonó en el cuarto— Soy Rose, cómo todos ustedes también empecé a ser una Firelights por situaciones externas, y me sentí muy incómoda al llegar. Pero ahora somos familia, y hoy, es mi placer hablarles como su instructora. —Les sonrió—Ahora presentaciones, empiecen desde la izquierda.

Hope se incomodó al momento en el que empezó el conteo de nombre, edad y otras cosas, estuvo a punto de dar media vuelta antes que Ekko sostuviera su brazo con un poco de fuerza sin lastimarla, obligándola a no dar la vuelta.

—Vamos Hope, es algo esencial en todos los Firelights. —La joven gruño.

—Para los recién llegados, pero no lo soy ¡Puedo empezar ya! Por qué tengo que estar en esta clase.

—Todos empiezan así, además enseñan otros temas básicos.

—Todos saben que este es un programa de hace 4 años, cuando era pequeña todos empezaban con los entrenamientos.

—Pero ahora los hay, son solo unos días. Te harán bien—Volvió a caminar hacia ellos con ánimos. —Buenos días Rose. —Saludo con ánimo.

—Líder Ekko—La mujer se sonrojo sorprendida—¡Buenos días! ¿Qué lo trae por aquí, señor?

—Te traigo una nueva alumna—Sonrió hacia la joven peli azul incómoda— Estará con el grupo— Dedicó una mirada a los recién llegados, dónde varios dedicaron unas miradas de admiración y sorpresa hacia el hombre.

—¡Si, claro! Será un placer tenerle, es decir. Tener a Hope con nosotros— La mujer agito las manos nerviosas, haciendo que la menor alzará una ceja extrañada hacia ella.

—Me alegro tanto, los dejo para que sigan—Soltó a la joven que se alejó de este incómoda—Adiós Firelights.

A penas la figura de su padre salió del lugar volvió la mirada a la maestra, sorprendiéndola igual de distraída como en el momento en el que se dió la vuelta. Fue entonces que noto la mirada de la morena y del resto de los estudiantes.

—Oh claro, Hope estábamos presentándolos, por qué no lo haces también.

Las mejillas de la joven se sonrojaron está vez, y aún más cuando las miradas se centraron en ella.

—Yo soy Hope, tengo 12 años.

...

—Entre 30 y 32 años... ¿Es enserio?

—¿Que? En Zaun no se tiene un registró de natalidad, no creo que hayan tenido un calendario. Hasta podría tener menos.

La mirada estupefacta de la rubia fue hasta la sheriff.

—Esto es un asco. — ella sintió.

—Con suerte ahora contamos con registros médicos—Tomo los papeles para entregarlos— Con un poco de medicina ya no tiene rastros de brillo. — Le sonrió—¿No es increíble?

—¿Brillo?

—Amm, una droga prohibida en Zaun, tuvimos una época dura y Jinx era una de las pocas personas que no terminaron convertidas en monstruos deformes. — volteo los ojos antes de hablar algo para sí misma— Pero esa mocosa siempre es un pequeño monstruo.

— Enfermedades mentales...Wuau...es una larga lista.

—Sigue en proceso, la psiquiatra de recomendó distracciones aún que le ha Sido difícil contactar con Jinx.

—Histeria.

—No la hagas enojar.

—Bipolaridad.

—Ten cuidado cuando se enoja.

—¿Esquizofrenia?

Caitlyn hizo una mueca incómoda.

—Suele...ver y escuchar cosas que no está allí, personas. —Explico— Sus ataques no son tan comunes como antes, ha pasado mucho tiempo sin uno de ellos.

—¿Cuánto aproximadamente?

—2 años— Ambas se observaron—Ella misma lo hizo, no sé si las dejo de ver o no, solo ya no tiene fuertes conversaciones o cosas así con ellos

—¿Personas...?

—ahh—Suspiro— Personas muertas, todos ellos conocidos de Jinx.

La seriedad reino entre ambas

—No le preguntes sobre ellas, hasta que creas que es un momento preciso.

Lux observo a la mujer quedar mirando uno de los dibujos del expediente. Uno de dos niñas agarradas de las manos, ambas con el rostro tachado en negro.

...

Jinx suspiro cuando observó a los oficiales en la puerta de su celda.

—No puede ser, ni siquiera termine-

—Jinx, sal ahora—Gruño el uniformado.

La mayoría de los oficiales llamaban a los presos por sus números de celda o identificación, pero era diferente en su caso. Una celda alejada y decorada. Todos conocían a Jinx.

La mujer gruño, dejando una pequeña figura a su lado antes de levantarse.

Una especie de muñeca hecha con pedazos de metal a medio terminar.

Apenas cruzo el metal sus manos fueron esposadas frente suyo. Jinx avanzó unos pasos frente a ellos, conocía el camino a la maldita sala de interrogatorios.

El camino no tardó mucho, ni tuvo que esperar a nadie. Lux se encontraba dentro cuando la miro.

—¿Qué tal Jinx? — La maldijo mentalmente mientras alzaba sus manos esposadas. — ah, ya no es necesario quítenselas. — ordenó a los guardias, haciéndolos mirarse entre sí.

—Pero señorita...—La Demaciana lo volvió a pedir.

—Yo me encargo de ahora en adelante.

Ambos asintieron dudosos antes de usar la llave en sus manos y retirarse.

—¿Qué tal ahora? —Le volvió a sonreír a la prisionera

—Mejor— Hablo mientras se tocaba las muñecas. —¿Por qué hiciste eso?

—Me parecía que era mejor que estuvieras cómoda, sin tantas cosas— ignoró la mirada fija de Jinx para volver a hablar— Te traje algo —Jinx tuvo una expresión muy curiosa hacia ella, causando un poco de ternura cuando saco una pequeña caja— Es un peluche—Sonrió— No sé de qué te gustaría así que busque algunos animales de Zaun...no salieron muchos, pero encontré este.

Un peluche apareció en su campo de visión, las costuras y el detalle parecía hecho a mano.

—Es un Firelight. ¿Te gusta? — dejo el regalo sobre la mesa frente a la joven.

—¿Hiciste esto? —Lux asintió sonriendo. — llevas una semana de haber venido.

—No fue muy difícil, conseguí la tela y se me facilitan las manualidades— Lux movió un dedo en círculos, acción que llamo la atención de la peli azul. —¿Te gusta? — Volvió a preguntar.

Jinx tomo el obsequio en sus manos, dando varios vistazos al rededor, por las costuras, las alas y la tela verde brillante. Noto la fina forma en la que estaba cocido, no tan discreto para ser maquinaría, pero con un cocido delicado y firme

—Es bonito—dejo escapar una sonrisa, tomando el obsequio hasta su regazo, bajo la silla, acariciando la tela suave fuera de la visión de la joven.

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