VEINTE

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—...

—Mmgh...

—...

—Mmmh...

—...

—¡AAAAHHHHHHH!

Llanto, un increíble llanto fue todo lo que se escuchó después de eso. Choi Beomgyu, yacía en aquel terreno baldío, sin poder abrir los ojos, con un dolor horrible en la cabeza y con uno aún peor en el estómago. Con las manos y los pies atados, y lo único que oía, era la nada. El aire chocandole en los oídos. Como instinto de supervivencia, intentó gritar por ayuda, pero no sabía ni en dónde estaba, así que no sabía si valía la pena. Pensó un momento, y se sorprendió de seguir con vida. Intentó gritar una segunda vez, pero no sabía si sus esfuerzos estaban sirviendo de algo. Gritó, gritó y gritó por ayuda, con todas las fuerzas que tenía, hasta que se le terminaron las fuerzas. Se rindió un  rato, y comenzó a llorar. Las lágrimas en sus ojos se sentían como ácido, ni siquiera podía abrirlos del dolor que sentía. Era un infierno. Una forma de morir tan cruel...

Pero así era Mina. Psicótica.

Y tal como hace unos momentos, se sorprendió de seguir con vida.

No sabía si seguir gritando o no. No sabía en dónde estaba, y si alguien podría escucharlo o no, así que a lo mejor debía guardar fuerzas o a lo mejor debía dejarse morir. Sentía algo, como un metal, quemandole en el estómago. Tenía manos y pies atados, así que no podía hacer mucho. Las lágrimas le desbordaban, pero se sentían horribles. Intentó calmarse un rato, y tomó una decisión.

Esperar su muerte.

Así que se calló. Sólo el aire le chocaba en los oídos. Ese sonido encantador, de paz, y de descanso. Y la sensación infernal del Sol en todo su esplendor, que sentía que le quitaba la vida. Todo era parte de un poema. Era horrible.

Todo era tan, tan Myoui Mina.

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Jeongin estaba en clases. Todo era normal, aburrido, lo de siempre. Cuando timbraron para la siguiente clase, por inercia volteó a ver si había algún maestro ya esperando afuera, pero oh, sorpresa, se encontró a Hyunjin asomado en la ventana, como buscando a alguien. Cuando Hyunjin pudo divisar a Jeongin, le sonrió y le hizo señas para que saliera un momento, cosa que Jeongin obedeció.

—¿Enserio no podías esperar hasta receso para verme?

—Que te digo, eres irresistible, Innie.

—Dios, vas a hacer que me sonroje.

—Me encantaría ver eso.

—Ya, enserio, ¿Qué te trae por aquí?

—Mmm, ¿No puedo simplemente venir a ver a mi lindo Innie a su aula?

—Claro que puedes, Jinnie—Jeongin acarició la nariz de Hyunjin tiernamente.—Pero te noté apresurado. ¿Qué sucedió?

—Vaya, eres muy observador.

—Ver los pequeños detalles puede hacer una gran diferencia en cualquier cosa. A mi me encanta observar los detalles de todo.

—Ay Jeongin, eres tan irresistible cuando te pones a filosofar. ¿Por qué eres tan maravilloso?

—Dicen que eres lo que comes.

—¿A qué te refieres?

Jeongin soltó una risita. Al parecer Hyunjin no había entendido la referencia.

—Vamos, no te burles más. Bueno, resulta que abrieron un club de lectura, no sé, es como algo extracurricular. Ahí quienes quieran se inscriben y pues toman la clase por entretenimiento puro. Y pues cómo se puede inscribir cualquier alumno, yo pensé que quizás existía la posibilidad de que te guste leer y te guste la idea, y podríamos tomar esa clase juntos, no sé... ¿Qué opinas?

𝐏𝐫𝐞𝐭𝐭𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫... -𝐇𝐘𝐔𝐍𝐈𝐍-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora