VEINTINUEVE

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Jeongin estaba tumbado en su cama, vacío, no lloraba, no pensaba, no hacía nada, solo estaba sumido en la tristeza. Quiso contarle a sus padres lo que había sucedido, pero no tenía voz. Ni siquiera fué capaz de subir las escaleras, su papá tuvo que hacerlo, no tenía fuerzas. Estaba acostado mirando el techo, mientras sus padres estaban uno a cada lado de él, haciéndole mimos y esperando a que pudiera hablar.

Pero no pudo, no pudo hacerlo sino hasta el día después. Jeongin no había dormido nada, pero sus papás sí se quedaron dormidos. No quiso despertarlos, solo se levantó a hacer sus necesidades, a ponerle una cobija a sus padres y después se sentó en su sillón mirando a la nada de nuevo. No tenía ánimos ni para prender su celular ni para comer. Solo se quedó ahí, pensando. Ya había pasado lo peor, ¿Y ahora qué?

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El día anterior

Hyunjin llegó a su casa agitado y llorando. Decir que estaba horrorizado era poco. Al entrar a su casa, estaban Chris y Félix platicando animadamente con sus padres, y Jisung estaba en una esquina viéndose pensativo. Tan solo de llegar todas las miradas se posaron en él, y se alarmaron al verlo en ese estado. Félix llevaba desde la mañana sin entender nada, todos estaban raros, y Chris ya se imaginaba lo que había sucedido. Félix y los papás de Hyunjin se acercaron a preguntarle qué había sucedido, pero Hyunjin estaba muy ido, se asustó por la cercanía repentina de tantas personas y huyó hacia su cuarto, bloqueando la puerta. Ahí dentro solo se hizo bolita en el piso y lloró. No sabía de dónde seguía sacando lágrimas, pero no parecían querer irse. Después de cansarse de llorar, se quitó la ropa y la tiró a la basura, había alcanzado a lavar en un río la sangre de su pantalón, pero definitivamente no quería volverlo a usar. Se metió a la ducha y se bañó a conciencia, como si su desesperación fuera a irse con agua y jabón. Jeongin conocía cada parte de su cuerpo, había tocado y besado cada parte de él, y siempre le había estado mintiendo. Lo hizo con tanta naturalidad que le daba escalofríos. Le mintió a todo el mundo. Fueran o no motivos externos, Hyunjin sentía que era algo que no debió guardar. Siguió con su labor, y cuando salió de la ducha, se cambió de ropa y se acostó boca arriba con la mente abrumada. Quería dejar de pensar y dormir, lo estaba intentando, pero unos golpes en su puerta lo interrumpieron.

-Hyun, soy Chris, sé que no quieres hablar con nadie ahora, pero por favor déjame entrar...

-No quiero hablar.

-No necesito que hables, quiero que me escuches.

Hyunjin tenía curiosidad por lo que Chris quería decir, así que terminó abriendo la puerta. Chris cerró con seguro y después se sentó en el borde de la cama de Hyunjin, y este imitó la acción de Chris.

-Mira Hyun, no sé que haya pasado exactamente pero no es nada difícil deducir que fué algo con Jeongin. ¿No pueden solucionarlo?

-Terminamos.

-Oh. ¿Es irreversible?

-Jeongin es un asesino.

Chris sintió un escalofrío recorrerlo. Se imaginaba que Hyunjin a este punto ya supiera la verdad, y quería consolarlo, pero Hyunjin hablaba con tanta frialdad y sin siquiera llorar que no sabía muy bien que decirle a ese punto.

-Mira Hyun, sé que vas a pensar que todos te van a ser brutalmente honestos ahora, pero es hora.

-¿A qué te refieres? ¿Tú ya lo sabías?

Chris asintió algo cohibido.

-¿Félix lo sabe? ¿Acaso todos me estaban engañando solo a mí?

-Félix no sabe nada, tranquilízate.

𝐏𝐫𝐞𝐭𝐭𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫... -𝐇𝐘𝐔𝐍𝐈𝐍-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora