Jimin brincaba de un lado para el otro con un sobre blanco en las manos. Al fin había llegado la carta que tanto había estado esperando.Se sentó de un sólo brinco en el sofá y se dedicó a abrirla lo más rápido que podía sin romper el sobre.
Provenía de Seúl y él la había estado esperando desde hace unas tres semanas.
Sacó una fina hoja delgada de color blanco y reconoció la letra, ¿Cómo no hacerlo si recibía una carta cada 8 días? Sólo que ahora había demorado un poco.
Se acomodó con su carta en el sofá y comenzó a leer y a medida que lo hacía su semblante se iba llenando de una luz tan brillante como el sol al medio día.
Leía palabra por palabra como tratando de grabarselas en la memoria.
"Y debido a todo eso he tomado la firme decisión de hacer una locura, pero cualquier locura vale la pena si es por ti mi pequeño Chim chim, siento cosas demasiado fuertes por ti y creo y estoy seguro de que me correspondes igual así que... hago la pregunta más importante de mi vida, ¿Quieres casarte conmigo? ¿Quieres pasar el resto de tu vida al lado de este loco enamorado?
Podrás decir que es muy repentino o demasiado pronto pero cuando estás enamorado cometes locuras ¿cierto? ¿Quieres cometer esta locura conmigo? Te aseguro que no va a faltarte nada a mi lado.
Envíame la respuesta como siempre corazón y si dices que si iré por ti para hacerte mi esposo y hacerme el hombre más feliz del mundo.
Con amor y pasión: Jung Hoseok.
Jimin terminó de leer la carta y se la llevó al pecho con una enorme sonrisa en sus labios.
Salió de su casa que era una humilde y pequeña construcción, afuera era todo campo y árboles y animales de granja y domésticos caminaban por todos lados.
Salió corriendo hasta donde se encontraba un hombre y una mujer dando de comer a unas gallinas.
—¡Mamá! ¡mamá!
La mujer se dio la vuelta para mirar a su hijo más pequeño llegar hasta ella corriendo con una sonrisa en su fino y bronceado rostro.
—¿Que pasa Jimin?
El jovencito levantó la carta en su mano sacudiendola de un lado a otro con emoción.
—Llegó una carta mamá es de Hoseok, ¿y adivina que? —Le entrego el papel a la mujer y ella la leyó, sus ojos recorrían el papel y luego miró estupefacto a su hijo.
—¿Casarte? —Atinó la mujer, su labio inferior comenzó a temblar un poco. —Jimin, eso es...algo tan repentino.
Jimin tomó la carta en sus manos y negó con la cabeza. Era lo mejor que le había pasado en la vida.
Llevaba una vida muy humilde en el campo junto a su abuelo, su madre y sus dos hermanos mayores, su abuela y su padre habían fallecido un par de años atrás. Todo era relativamente tranquilo hasta que el banco decidió quitarles todo porque el dueño que había vendido esas tierras hace años era un estafador y había vendido sin autorización espacios privados a mucha gente. El dueño verdadero decidió accionar legalmente contra todos los granjeros que habían adquirido sus tierras y el banco había comenzado a quitar todo.
Jimin y su familia perderían también su casita que con tanto esfuerzo habían comprado y su pequeña granja que les daba de comer.
—Mamá tu sabes cuanto amo a Hoseok, y él me ama yo lo sé me lo ha demostrado, si me caso con él tengo la oportunidad de irme de aquí y trabajar en Seúl juntar mucho dinero para comprar otra casa mamá allá en Seúl, y quien quita y también puedo terminar de estudiar.
La mujer negó, no le iba a permitir a Jimin hacer algo como eso, era verdad que estaban pasando por un momento muy difícil en sus vidas, el banco les había dado un ultimátum y los días pasaban rápidamente sin ellos poder encontrar una casita decente para la familia. Debían vender todos los animales que les quedaban pero no había mucha gente dispuesta a comprar. Aún así no aceptaba ese sacrificio que Jimin quería hacer al casarse con ese Chico Hoseok del que sólo conocía la letra pues sólo lo vio una vez y eso hacia años.
—Jimin, estas loco hijo realmente no sabes las intenciones de ese chico Hoseok, ¿y si nada es como dice ser? Además como voy a dejar que te sacrifiques así por la familia, eso es algo muy delicado.
—No mamá no es ningún sacrificio, en verdad amo a Hoseok, es tan dulce y tierno en sus cartas no creas que si me caso con él va a ser por interés tu me conoces mami, es solo una oportunidad para poder ayudarlos. Mis hermanos se matan trabajando y ni eso alcanza para comer bien, déjame mamá estoy seguro que Hoseok será bueno conmigo y me va a apoyar en todo.
La mujer suspiró cansada, no era una decisión que se tomara a la ligera. Siguió alimentando a las gallinas sin mirara a Jimin. Se veía muy ilusionado y feliz pero tenía miedo de que su hijo saliera lastimado.
—Mami, confía en mí por favor, estoy seguro que seré muy feliz al lado de mi novio.
Jimin apretó el hombro de su madre, necesitaba su aprobación. Era una oportunidad que no podía desperdiciar, se casaría con el amor de su vida y podría ir a conseguir dinero para su familia.
Desde que conocido a Hoseok hacia años en aquel viaje que había hecho con su padre a Seúl cuando aún vivía, el dueño de un conglomerado del cual su padre era trabajador tenía un hijo sólo dos años más grande que Jimin y habian pasado una semana juntos donde se habían enamorado a primera vista y desde entonces se escribían cartas ya que Jimin no contaba con teléfono u otra manera de poder comunicarse con él. Eso ya tenía 14 años de ser así. Hoseok le contaba a Jimin todo lo que hacía en la semana y él igual. Nunca había escuchado su voz desde que se despidió de él en Seúl y pero se la imaginaba muy fuerte y varonil ahora que ambos eran ya mayores.
Jimin lo amaba, era su único amor desde pequeño y sabía que Hoseok lo amaba también así que aún si su madre dijese que no él se iría con su novio.
Pretendía trabajar mucho estando allá en Seúl para poder darles una mejor calidad de vida y seguiría estudiando ya que desde que su padre falleció tuvo que dejar de hacerlo porque debía trabajar así que solo terminó la secundaria al igual que sus dos hermanos.
Se llevó su carta al pecho imaginando como seria Hoseok ahora con 26 años, ¿su cabello seria del mismo color como cuando lo conoció? ¿Habrían cambiado sus facciones? Estaría más apuesto seguramente.
Pasaba las noches imaginando cuando se volvieran a ver lo nervioso que se pondría.
Suspiró con una enorme sonrisa en sus labios.
—¿Será como mi príncipe azul de los sueños Laika?, debe ser muy apuesto como me lo imagino. —Le Habló a su perrita mientras se sentaba en el césped a la sombra de un árbol frondoso para volver a releer la su carta.
Se quedó ahí descansando por bastante rato hasta que decidió levantarse y enviar la respuesta a esa carta que sin duda sería la que le cambiaría la vida para siempre aunque no sabía si para bien o para mal.
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●~•Pasión Inevitable •~● ¥oonmin
Fanfiction¿Que se sentirá estar casado con el amor de tu vida y tener una vida encantadora para luego despertar un día y darte cuenta que nada era real? Pues Jimin creyó que se casaría con el amor de su vida Jung Hoseok, ¿Pero como terminó casado con un tal...