¿Que se sentirá estar casado con el amor de tu vida y tener una vida encantadora para luego despertar un día y darte cuenta que nada era real? Pues Jimin creyó que se casaría con el amor de su vida Jung Hoseok, ¿Pero como terminó casado con un tal...
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Después de aquel acercamiento tan íntimo que hubo entre los dos las cosas parecían mucho más claras para Min Yoongi, él sentía cosas bastante fuertes por el pequeño Jimin y no podía negarlo el problema era que no quería caer perdidamente enamorado de él porque cuando despertase a la realidad él iba a quedarse sólo. Si Hoseok decidía volver y reclamar a Jimin como su esposo ¿Qué iba a ser de él? Se quedaría sólo de nuevo con el corazón destrozado como la primera vez que amó demasiado y le rompieron el corazón.
Por esa simple razón no quería arriesgarse pero es que veía a Jimin y no podía evitar sentir cosas ni fingir que no existían esos sentimientos. Podía enamorarse y naufragar en ese amor tan tierno y pasional que Jimin le ofrecia, es que era tan hermoso, perfecto y buen mozo. El problema era que Jimin amaba a Jung Hoseok no a Min Yoongi, la imagen ideal del esposo perfecto para el castaño era su primo.
Yoongi pensaba que ese era realmente su castigo por engañar a Jimin, enamorarse perdidamente de él y no ser correspondido al final. Tomaría ese castigo porque se lo merecía de verdad, pero que lo tomara no significaba que lo soportaba.
Miró por la ventana, afuera hacia un día muy bonito y Jimin lo disfrutaba demasiado jugando en la playa con un pequeño gato blanco que llegaba todas las mañanas a buscar algo de comer. Él lo miraba desde el estudio de música en donde había estado desde la mañana tratando de componer una melodía para una canción que le habían pedido, no lograba concentrarse aunque la inspiración había regresado hacía unos días cuando por fin había admitido sus sentimientos, y es que Jimin era su nueva fuente de inspiración aunque ahora también lo distraía fácilmente porque a veces se encontraba a sí mismo como ahora observandole con una sonrisa boba en los labios.
Jimin jugueteaba en la arena con el gatito con una gran sonrisa en sus esponjosos labios y Yoongi trataba de tocar la melodía que acababa de componer en aquel teclado musical que la casa de Hoseok tenía.
Cerró un momento los ojos pensando en Jimin, escuchando las risas divertidas del castaño y comenzó a tocar, lento acariciando cada tecla como si fuese la cintura de cierto castaño escurriendo entre sus dedos con sus suaves caricias.
La melodía comenzó a subir de intensidad mientras afuera Jimin corría detrás del gato, era tan sublime y hermoso ver como su cabello castaño era ondeado por el viento.
Las manos de Yoongi se movían libres y ágiles sobre las teclas anunciando el preludio de la melodía, fuerte y suave, ligera como los labios de su castaño al hablar. Yoongi tocaba al ritmo que su corazón le marcaba como su compás melódico, sonrió un poco al imaginar a Jimin llamándolo por su nombre y diciéndole que le quería.
