¿Que se sentirá estar casado con el amor de tu vida y tener una vida encantadora para luego despertar un día y darte cuenta que nada era real? Pues Jimin creyó que se casaría con el amor de su vida Jung Hoseok, ¿Pero como terminó casado con un tal...
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Yoongi lo había llevado a dar un paseo por la playa, Jimin jamás había estado en la playa y eso era realmente hermoso. Iban tomados de la mano, algo que alegraba profundamente al castaño quien sonreía feliz mientras sus pies descalzos dejaban huellas en la húmeda arena blanca.
Era la primera vez que su esposo y él salían de la casa después de días y paseaban tomados de la mano.
En un momento de la tarde se tumbaron a la orilla mirando como se iba ocultando poco a poco el sol.
—Wow, es realmente hermoso Hyung. —Jimin no dejaba de admirar el paisaje. En su niñez sólo vio fotos del mar pero no se comparaba nada con verlo en vivo ya todo color.
—¿Te gusta? —Preguntó Yoongi mirando con una sonrisa como Jimin observaba hacia el horizonte.
Jimin asintió feliz como un niño al cual le dieron un dulce.
—Si me gusta Hyung ¿y a ti?
—Me gustas tú. —Confesó Yoongi con un leve rubor en sus mejillas.
Jimin en cambio se sonrojó hasta las orejas, no se acostumbra a los lindos cumplidos que Hoseok Hyung le regalaba. Pero aquello le hacía hervir el pecho en una infinidad de emociones.
Su esposo no solo era tan apuesto, enigmático, con una sonrisa que le robaba el aliento si no que también era muy dulce con él.
Algo muy distinto al Hoseok de las cartas que era muy empalagoso pero le gustaba mucho así como era, no solía decirle a cada momento cosas cursis pero cuando lo hacía lograba moverle hasta el piso y el cielo al mismo tiempo.
Jimin llevaba unos shorts de mezclilla cortos y desgatados y una playera rosada y Yoongi llevaba sus jeans enrollados hasta la pantorrilla y una camisa manga larga con los botones de arriba quitados y las mangas subidas. Su cabello largo se mecía con el viento.
—No digas esas cosas Hyung me haces sonrojar. —Jimin se llevó las manos al rostro.
Yoongi sonrió ya que le gustaba ver a Jimin asi, sonrojado.
Lo tomó de la cintura con una mano mientras que con la otra le acariciaba la mejilla y luego los labios para después acercarse y besarle. Jimin cerró los ojos al sentir la cercanía de Yoongi. Sus labios se unieron en un beso danzante y profundo, loco y apasionado como las olas de mar. Los suaves labios de Yoongi le provocaban a Jimin un cosquilleo que le recorría por todo el cuerpo, era como estarse electrificando lentamente y le encantaba esa sensación.
De un momento a otro estaba tumbado por completo en la arena y Yoongi estaba sobre él apoyando su peso en sus codos y besando de manera más profunda al castaño. La lengua del mayor invadía por completo su boca. Jimin en pocos días había aprendido a besar a Yoongi sin dejar de respirar pero aún se ponía rojito como tomate al hacer eso.
