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— ¿A donde vas, Doblas? — Vegetta preguntó, recargándose en el marco de la puerta, asustando al contrario.
— ¡La puta madre, Vegetta! — exclamó Rubius, pero no por el hecho de que su príncipe lo había asustado, sino porque lo podría haber descubierto.
— ¿Y bien? — volvió a preguntar el príncipe.
— ¿De qué? — preguntó nervioso el caballero, intentando ocultar su máscara de oso en el bolso.
— No te hagas el tonto Doblas, sé que has estado saliendo.
— ¿Y? ¿No puedo tener más amigos o que? — contestó a la defensiva.
— No me refiero a eso, soy tu amigo y me preocupas. — se sinceró el heredero al trono.
— En el castillo no somos amigos, tú eres el príncipe y yo un nulo caballero, ¿o ya se te olvidó? — Rubius agarro el bolso dispuesto a marcharse.
— Doblas...
— Me retiro, príncipe — hizo una reverencia y salió por las puertas traseras del castillo, su humor se había ido por el príncipe que ya ni siquiera estaba emocionado por ver al híbrido.

Mientras tanto, Quackity estaba en el bosque platicando con las criaturas.

— Hoy vendrá un amigo mío, quiero que se sienta cómodo aquí y que se divierta ¿me ayudarían con eso? — preguntó de forma amable y nerviosa.

Las criaturas estaban confundidas, el híbrido nunca había permitido el paso ha alguien externo, pero les alegró saber que podían hacer un nuevo amigo.

Quackity había evitado a Dream desde la disputa que tuvieron, el híbrido siempre se apartaba del guardia por miedo a lastimarlo o incluso matarlo.

El híbrido se encontraba bajo la sombra de un pino, esperando la llegada de su amigo el oso.

— Quacks~ — susurró Rubius asustando al híbrido.
— ¡Rubius! — Quackity de asusto ante su presencia pero después lo abrazó — Te tengo una sorpresa.
— ¿Enserio? — el mal humor del oso desapareció.
— ¡Si! Ven pero cierra los ojos — Quackity lo agarro de la mano, haciendo que ambos tuvieran un escalofrío pero le restaron importancia.

Quackity guiaba a su amigo por los adentros del bosque, estaba nervioso no solamente por mostrarle su hogar, también por que estaba sosteniendo la mano del oso.

— Es aquí...ya puedes abrir los ojos.

Rubius al oír aquellas palabras, abrió sus ojos lentamente acostumbrándose a la tenue luz, cuando se acostumbró la expresión de asombro no pasó desapercibida.

El rió brillaba en un azul claro, los árboles con luces rosas, hadas de color amarillo volando por todo el espacio.

Las criaturas marinas, terrestres y de aire se alejaron al ver al "intruso", Quackity no había soltado la mano de Rubius, aprovechó que seguían unidos para guiarlo hacia el gran árbol que era el centro de toda la flora y fauna.

— ¡Hadas, trolls, guardias! ¡Les presento a mi amigo Rubius, descendiente de híbridos osos! — presentó Quackity con gran emoción logrando la misma reacción en los demás.

Hadas se acercaron a Rubius para entregarle una corona de flores, pequeños hongos salían a la luz saludando alegremente al nuevo.

Rubius estaba impactado por la hermosura del bosque, "¿Enserio Vegetta dijo que aquí mataban a humanos?" se preguntó mentalmente.

— ¡Oh! Mira Rubius, ahí vienen mis amigos.

Rubius dirigió la mirada al híbrido para después ver hacia las 6 personas que se acercaban.

Un chico tenía un sombrero de hongo, otro unos lentes oscuros, una chica con flores en su cabello y vestido, otro chico más pequeño con libros y un cabello rubio brillante y por último 2 chivos que los reconocía a la perfección, uno con sudadera verde y una máscara, y el otro con un mechón de fuego.

— Ellos son Karl, George, Tina, Tommy y dos de los mejores guardianes, Dream y Sapnap — Rubius al ver a los últimos dos no pudo evitar sentir miedo.

Dream al ver al oso por primera vez, supo que lo que sospechaba era cierto, aquel chico peliblanco sería una amenaza, no para el pueblo, sino para su Quackity.

Betrayal of the heart -Luckity- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora