Betrayal of the heart -Luckity-

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Luzu había usado los hongos y hierbas que habían llegado a él y sorpresivamente le habían funcionado más rápido que las medicinas del reino. El de ojos rubí se escabullía por las noches hacia afuera del reinado para dirigirse hacia al límite del bosque con la esperanza de ver al chico nuevamente, aunque las esperanzas se le estaban acabando mientras las noches pasaban.

Hasta que en una de sus escabullidas, iba caminando mientras pateaba pequeñas piedritas que estaban en su camino. Después de caminar por un rato volvió a escuchar el lastimero llanto de alguien, pero a diferencia, esta vez lo escucho afuera del bosque.

Se dirigió rápido pero con cautela hacia donde se escuchaban los sollozos y los intentos de no gritar, y ahí lo pudo ver, ahí vio al chico de hace unos días, este estaba llorando y tocando su espalda como si se quisiera arrancarse la piel.

Luzu se quedó estático en su lugar viendo al contrario hasta que se percató que pequeñas manchas rojas se asomaban por la blanca tela de la camisa y fue cuando por fin reacciono. Se acercó corriendo, dejando caer su espada y arco en el camino, corrió hacia el chico y lo abrazó, no había pensado que hacer solo lo envolvió en sus brazos.

Big Q tembló ante el brusco pero cálido tacto de unos brazos atrapándolo, sabía que no era Wilbur o Karl o Fundy...sabía que era un humano, aquel humano al que le dio las hierbas medicinales, lo pudo reconocer por el simple tacto...se sentía diferente. Lloro como si la ropa lo quemara, como si estuviera en un tina llena de hierro, su alma y cuerpo quemaban. Lloro por sentirse seguro alado de un humano. Lloro por la culpa de sus pensamientos.

— Llora...todo estará bien...déjalo salir...— dijo Luzu.

El híbrido se dejó romper por completo, gritó, lloro, golpeó, se permitió sentir y tuvo miedo...pero se sintió bien. Todo lo que se había guardado durante años por fin lo dejaba salir, se sentía un poco libre.

Luzu al no escuchar más el llanto, se separó un poco del abrazo y vio al chico de las cicatrices plenamente dormido, le limpio las lagrimas que precipitaban con caer, y lo pudo observar mejor, vio la gran cicatriz del rostro, el pelo negro y largo junto con sus dientes que llegaban a sobresalir.

El de ojos rubí se separó del chico de cicatrices, lo acomodó en el césped y lo tapó con su suéter negro y recostándose junto a él.

— ¿Quién te hizo tanto daño? — preguntó Luzu mientras le retiraba un mechón del rostro al pecoso, pasando su mirada de él chico acostado a su lado hacia el cielo nocturno, donde la Luna ya no quería ser testigo de lo que ocurriría.

El amanecer estaba haciendo acto de presencia, donde algunos rayos de luz pasaban las montañas y árboles, ante los tenues rayos del amanecer el híbrido despertó de su profundo sueño, estaba desorientado, cuestionándose en donde estaba, hasta que recordó todo lo sucedido. Big Q entró en pánico al instante, tocó su espalda, cara y todo su cuerpo, los recuerdos del daño que sufrió lo atormentaron que no se dio cuenta cuando su respiración se hacía cada vez pesada y su corazón estaba apunto de explotar.

Luzu había despertado hace rato y estaba recolectando manzanas que estaban cerca de ellos, pero escucho el sonido de un movimiento brusco por lo cual dirigió su vista hacia el sonido y se encontró al chico pelinegro con expresión de horror. Se acercó a él corriendo provocando que Big Q se asustara y se alejara de él.

— Mírame ¿si? Mírame...— Luzu se acercó al pelinegro sosteniendo la cara de este entre sus manos. — Todo estará bien...confía en mi.

"Confía en mi" esas palabras hicieron eco en la cabeza del híbrido, no sintió peligro en estas y tampoco mentiras, pero aun así estaba aterrado.

— Me llamó Luzu, ¿cuál es tu nombre?
— Q-Quackity...
— Quacks todo estará bien, estoy aquí, siempre que esté contigo estarás a salvo...lo prometo.

El híbrido creyó ver una pequeña luz de confianza y verdad en el de ojos rubí.

El humano vio el brillo de miedo pero también de ligera confianza en el chico de cicatrices.