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Rubius regresó al reino, fingiendo que no había conocido a un lindo híbrido, mintiendo sobre el porqué su presencia no estaba en la noche, mentira tras mentira logrando engañar a todos, incluso a su príncipe.

Los días, semanas, meses pasaron, Rubius trepaba hasta al tope del árbol esperando al lindo pecoso que siempre aparecía volando y mostrándole una de las más sinceras y preciosas sonrisas. Hasta que un día el peliblanco quería conocer más haya del bosque.

— Quacks — llamó el oso.
— ¿Mande?
— ¿Cuando podré ver más haya del bosque? Quiero conocer tu hogar...
— Yo...no te puedo llevar — contesto el híbrido apenado.
— ¿Por qué? — Rubius se acercó al contrario haciendo que sus manos se rozaran.
— Se lo prometí a Sapnap...no puedo arriesgarme, perdóname.
— ¿Arriesgarte? ¿De qué, de mi? ¿He demostrado un mal trato? ¡No! ¡Te he dado todo! ¿Y así me lo pagas? — Rubius se sentía mal por intentar manipular al híbrido pero su curiosidad era más grande que la culpa.
— Rubius ¡espera! Yo...te mostrare el bosque ¿si? Pero...ahora no puedo, por favor no te vayas — suplico el híbrido.

Rubius sonrió en sus adentros, había logrado lo que el quería, la culpa desapareció al instante.

Pasaron los días donde el peliblanco no daba señales de vida en el bosque, el híbrido no notó la ausencia del contrario, pues estaba ocupado con la seguridad y cuidados del bosque.

— Hey, Quackity — saludo Dream.
— ¡Dream! Ha pasado un tiempo desde que no te veo — saludo el híbrido de vuelta.
— Tu que no te has aparecido por aquí.

Quackity no contesto, ya que su amigo tenía razón, se alejó de sus responsabilidades, de las criaturas y de sus amigos pero fingió no haberlo escuchado.

— Las apariencias engañan, Quacks...tienes 16 años, no te dejes engañar por unas simples palabras. — Dream no tenía un buen presentimiento, no sabía en lo que el híbrido estaba metido pero tenía miedo al respecto.

— No soy un idiota, Dream — contestó el híbrido de manera agresiva y a la defensiva.
— Nunca dije que lo fueras, pero escúchame- — Dream se vio interrumpido.
— ¡Yo sé lo que hago, no soy un puto niño pequeño! — los ojos de Quackity tomaron un tono rojizo, sus afilados dientes salieron a la luz y sus alas se estiraron de manera intimidante, logrando que Dream retrocediera y sacara su espada.

Quackity al ver la reacción de terror de su amigo, y de unas cuantas criaturas que estaban al rededor, tuvo ganas de llorar, bajo sus alas, escondió sus dientes y sostuvo su cabeza con ambas manos.

— Dream...yo...lo siento...no fue mi intención — las lagrimas empezaron a salir por el rostro del pecoso, se dejó caer a la húmeda tierra importándole poco si se ensuciaba.
— Quackity...— Dream guardo su espada e intento acercarse al menor.
— ¡Aléjate! No te quiero hacer daño...no a ti.
— Está bien, todo está bien, patito — Dream intento tomar la mano del menor.
— ¡Vete! — el híbrido empujó a su amigo, estiró sus alas y salió volando de ahí.

Por otro lado en el reino, Rubius está pensando que haría si el híbrido no accedía a dejarlo entrar al bosque, y que mentira le diría a Vegetta ahora.

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Perdón si llega estar mal redactado en algunas partes mientras lo escribía tembló :((

Betrayal of the heart -Luckity- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora