00;13

476 59 7
                                    



Los días y meses pasaron volando junto con las estaciones del año, el bosque seguía siendo igual de pacifico y protegido desde las afueras, mientras el reino de Karmaland, estaba estresado por quien serie la pareja del príncipe, nadie había entregado algo digno y a la mayoría de les estaban acabando las ideas.

En un abrir y cerrar de ojos, el cumpleaños del híbrido estaba a la vuelta de la esquina, Quackity cumpliría 18 años.

Quackity estaba emocionado por casi ser mayor de edad, pero aunque estuviese emocionado, no podía evitar sentirse triste, pues Rubius había dejado de visitarle por un tiempo, haciendo su aparición en el bosque rara vez.

— ¿Le sigues esperando, Quacks?
— Él puede que venga hoy — respondió con esperanza el híbrido.
— Es mejor que vayas a dormir, está anocheciendo.
— Pero Dream
— Nada de excusas, venga patito, no te gustaría estar en tu cumpleaños con ojeras ¿verdad? — Dream cargo al híbrido en sus brazos.
— No la verdad...— Quackity cayó rendido ante los brazos de Dream y de Morfeo.

Dream pasó por el centro del bosque, donde las criaturas vieron al enmascarado cargando al híbrido de forma elegante y cuidadosa. Sapnap y Karl se acercaron junto con Tina.

— Deja que ello se encarguen ahora — dijo Tina con voz dulce y sonriéndole a Dream.

Sapnap cargo al híbrido en su espalda y lo llevó a la casa de hongo de Karl.

Tina abrazo al enmascarado y le entregó un ramo de agrimony, rock rose y cherry plum, haciendo que Dream soltara una leve risa.

Los días pasaron, faltaba un día para el cumpleaños del híbrido, y aunque a Dream no le gustará la idea, tenia que ir a buscar al oso, no soportaba ver a su amigo tan triste.

Dream salió del bosque, quedando expuesto ante los humanos, tenía miedo pero todo era para ver a su Quackity feliz.

Era de día, nadie sospechaba del chico encapuchado con una máscara agrietada y sucia, con una cara de malicia, Dream uso otra máscara para no ser reconocido en algún futuro, y entró a un tipo de restaurante playero, o eso es lo que había escuchado de unos cuantos humanos.

— ¡Oh! Una cara nueva por aquí, ¿qué se le ofrece don máscara? — preguntó Juan emocionado, algo que asustó a Dream.
— Umm...¿has visto a Rubius? — preguntó Dream con temor.

Juan lo miro curioso y se acercó demasiado al contrario. "¿Hice algo mal? ¿Así no se comunican los humanos?" empezó a cuestionarse Dream, temblando del miedo, había sido mala idea salir del bosque.

— Ese oso de mierda, anda ahí buscando no sé que para no sé quién, pero le puedo decir que viniste.
— ¡No! Digo...dile que mañana es el...cumpleaños de un amigo especial, si eso, adiós — Dream salió corriendo de aquel lugar, dejando a Juan curioso.

El día paso dándole la bienvenida a la noche, Dream había regresado al bosque aislándose de todos, sintió asco y miedo de estar ahí, pero tenía que mantenerse firme y fuerte ante todos.

Era el día, Quackity cumplía 18 años. Todos se preparaban para la llegada del híbrido, ya que este fue hacer vigilancia.

Tina corría por el lugar soltando pétalos por los nervios y equivocándose por que las flores no eran las que quería que salieran, mientras que las hadas de agua intentaban calmarla y las criaturas terrestres le ayudaban con las flores.

Karl y Tommy se encargaban del pastel, creando una pequeña disputa por no saber si hacer un pastel de hongo o uno de animales.

Sapnap se transformó en una pequeña chispa de fuego y pasó por todas las lámparas iluminándolas.

Mientras tanto, Dream estaba vigilando todo y esperando la llegada del oso, poniéndose cada ves más nervioso, la hora para celebrar a Quackity estaba más cerca y el intruso no se aparecía.

Dream perdió las esperanzas, faltaban 10 minutos y Rubius no había llegado, al parecer no le podría dar un feliz cumpleaños a su híbrido.

La hora llego, Quackity se sorprendió y no pudo evitar en soltar unas cuantas lagrimas. La celebración fue un éxito, las flores estaban hermosas, las luces alumbraban todo, el pastel era una combinación de decoración de patitos y pequeños hongos.

La noche cayó en todo el bosque, cada quien se fue a dormir, incluso Dream. Quackity se quedó solo, aprovechó para ir al lago, no se metió al agua, solo se quedó admirando la luna, hasta que unas manos taparon su vista.

— Adivina quien soy~ — susurro.
— ¡Rubius! Pensé que no vendrías — el híbrido salto a los brazos del oso.
— No me perdería tu cumpleaños, bonito.

Ambos se abrazaron y se tiraron en el césped, riendo y robándose uno que otro beso. Se fueron debajo de un árbol para estar más cómodos.

— ¿Me amas? — preguntó Rubius.
— Claro que lo hago...
— ¿Me amas tanto que me darías lo que fuera?
— Lo que fuera... — contestó el híbrido.

Aquellas tres palabras fueron el inicio para su sufrimiento e infierno.

Rubius empezó a besar a Quackity, desde las mejillas hasta las clavículas, cada vez bajando más por el cuerpo del híbrido.

Quackity le entregó su primera vez al humano, Rubius no paraba de decirle lo cuanto que lo amaba, lo hermoso que era y lo feliz que era al poder tenerlo.

Ojalá esa noche hubiera durado para siempre y no hubiera salido la luz del sol. La luna volvió a ser testigo de un doloroso amor.




——————————

Espero que les esté gustando, perdón por el capituló tan largo.
Me gustaría saber su opinión al respecto de la historia, gracias por su opinión al leerlo, me ayudarían tmb si le dan una estrellita a los capítulos

Betrayal of the heart -Luckity- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora