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— ¡Déjenme pasar! ¡Se robaron a mi hijo! — unos gritos se escuchaban afuera del palacio; los guardias no sabían a quien detener, si a los gritos o chico de dientes afilados.

Big Q caminaba mientras lanzaba lejos a los guardias, mirando al hombre que se encontraba rogando por su hijo y lo durmió. El híbrido transformó al cuervo en su forma humana pidiéndole que cargara al hombre inconsciente y se dirigieron al bosque.

— ¿Estas seguro que lo quieres adentrar al bosque? — preguntó Wilbur.
— Yo sé lo que hago.

Las ramas abrieron paso ante la presencia de Big Q y cerrándose detrás de él. Wilbur coloco al humano en la fértil tierra siendo el centro de atención de las criaturas. El híbrido le quitó el hechizo al humano haciendo que este empezará a despertar.

— Ya no te tienes que esconder — dijo Big Q.
— ¿D-de que h-hablas? ¿Donde e-estoy?

Big Q en una rápido movimiento de su mano hizo que la apariencia de humano del recién llegado desapareciera, dejando a la luz a un ser de color negro, alto, con matices verdes y ojos de igual color. Todos se sorprendieron ante la apariencia del nuevo, ya que nunca habían visto algo parecido.

— ¡Qué haces maldito! — preguntó exaltado el nuevo.
— Te liberó de tu tortura, aquí no hay necesidad de esconderse. — respondió el híbrido.

El recién llegado al escuchar que no tenía que esconderse decidió echar un vistazo a su al rededor, y ahí noto a lo que se refería, había criaturas de todo tipo y personas que no parecían completamente humanos, se sintió aliviado y en casa.

— Yo...lo siento...me llamo Staxx.
— Big Q y bienvenido al bosque.

El amanecer estaba haciendo obra de presencia por el bosque, todos dormitaban menos Staxx que lloraba cerca de una cascada.

— ¿Por qué lloras? — preguntó alguien a sus espaldas, sorprendiéndolo.
— Lo siento, no es nada.
— Si lloras de esa forma es por algo.
— ¿Alguna...alguna vez te arrepientes de no saber lo que tenías hasta que lo pierdes, Big Q?
— Si, lamentablemente lo sé. — contestó el híbrido.
— Bueno, yo me arrepiento...
— ¿Por qué? — preguntó Big Q.
— Hice lo posible para que mi hijo fuera feliz que no valore los pequeños momentos que pase con el. — Staxx volvió a romper en llanto.
— ¿Qué le pasó a tu hijo?
— Me lo quitaron, me lo arrebataron de las manos, no lo pude proteger — el tono de Staxx ahora era de molestia y frustración.
— ¿Como se llamaba tu hijo?
— Titi...Titánicus, la real- — Staxx se vio interrumpido por la voz del híbrido.
— La realeza lo robo...específicamente Rubius.

Betrayal of the heart -Luckity- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora