Chris
—¿¡Cómo!? Vuelve a repetir eso.
—Pensó que me gustaba como persona, como amiga —digo con cara de pocos amigos y lo que obtengo a cambio de los que llamo mis amigos, son puras carcajadas—. ¿Queréis parar ya? No tiene gracia.
—Es que... —David se limpia antes las lágrimas que han originado su risa—. Es demasiado bueno para ser verdad. ¿Y no se lo aclaraste?
—¡Lo intenté, pero seguía empeñada en que era como decía ella! No la entiendo, de verdad. —Se miran entre ellos y vuelven a reírse. Ruedo los ojos y me cruzo de brazos mirando hacia un lado.
—Chris, tienes que admitir que tiene gracia —dice entre risas Tyler.
—No, no la tiene porque a mí nunca me ha pasado esto y no logro descubrir qué es lo que se le pasa por la cabeza a esa chica para pensar así. Y, sobre todo, para no borrar esa sonrisa. ¿De verdad que no sospecha que puede atraerme después de lo que le he dicho y de cómo me he comportado? ¿Y si está jugando ella conmigo?
—Es un bicho raro.
—No la llames así —suelto sin pensar.
—¡Vaya! Ahora la defiendes, te estas volviendo un rarito también —interrumpe Chad—. Tal vez lo mejor sea que abandones cuanto antes.
—¡No, no! Quiero intentar desmantelar esa inocencia y comprobar si es cierta o no. Porque no puede ser que siempre esté feliz. Que todo se lo tome bien. Sé que debe tener una parte oscura como todo el mundo. ¿No debería estar triste un día? ¿Enfadarse? ¿O simplemente estar normal?
—Aún no le has hecho nada malo, ¿cómo va a enfadarse o entristecerse? —interviene David.
—Según mis pasos, ya debería estar coladita por mí. Por eso no estoy seguro de que el siguiente paso vaya a funcionar, será un fracaso más.
—¿Es el de la cita? ¿Ese en donde la plantas y luego vas a pedir perdón? —cuestiona Tyler.
—Sí, ese mismo. Pero si no tiene ningún interés en mí, puede que no me perdone y no quiera verme nunca más.
—Bueno, en cualquier caso, es una forma de descubrir si esa chica es capaz de sentir algo negativo —dice David mientras coge una patata y la moja en la salsa rancia de la cafetería.
—Sí, es perfecto. Además, ¿cómo puede salir mal eso? Si quedáis y no asistes, no le quedará más remedio que marcharse. Queda con ella en el Parque Einstein, desde mi casa se ven todas las partes de ese parque, allí podemos ver su reacción —propone Tyler.
—Sí... puede que funcione. ¿Pensáis que es buena idea? —digo para los restantes del grupo, David asiente, pero Chad se abstiene sin mirarme a la cara—. ¿Chad?
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Enamorando a Sam
Teen FictionTodos en el instituto conocen a Chris Cooper, quien es famoso por dejar una estela de corazones rotos cada semana. Pocos saben quien es Sam, un enigma que deambula descalza por los pasillos. Para Chris, el amor se ha convertido en un juego, un clich...