CAPÍTULO 21

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Chris

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Chris

Llegó el momento que anhelaba desde que me levanté esta mañana. He estado muy ciego al no darme cuenta de que Ada intentó decírmelo, pero claro, de una forma muy discreta, tanto, que no llegué a entenderlo. ¿Quién iba a adivinar que se trataba de un trastorno mental? Bueno, puede que sí, que las señales eran muy claras. Pero eso ahora da igual. Ella no ha puesto reparos para que esté con Sam, y eso es bueno. Lo único que me ha pedido es que no la confunda más. Por ello siento la necesidad de informarme y estar seguro de cómo tratarla para no variar sus tratamientos, sean cuales sean.

Por eso estoy aquí, en mi habitación, sentado frente a mi viejo portátil al cual le cuesta arrancar. Le dije a mi madre que me comprase uno, si no me van a comprar un coche, al menos que pueda verlos desde una pantalla de ordenador nuevo. De hecho, creo que todas las clases de virus y enfermedades informáticas las padece, a veces pienso que un día explotará en mil pedazos. Sin embargo, mis padres se niegan a comprármelo aún, creen que, si aún enciende, es que se puede seguir usando. Pero me niego a llevar conmigo a este trasto a la universidad.

Hablo de la universidad como si ya diera por hecho que voy a ir. Mis notas son estupendas como para ir a cualquiera, pero no consigo descubrir cuál es mi futuro, no sé cómo me quiero ver dentro de unos años. ¿Cuál sería la carrera más adecuada para mí? Si alguien lo sabe, ruego que me lo diga, lo estaré escuchando atentamente.

Aunque no es el momento de pensar en eso, aún me queda un semestre para pensarlo y aún tengo que ser aceptado en alguna. Por el momento tengo todas las intenciones de buscar absolutamente todo lo que pueda sobre el trastorno de Sam, si me lo permite el señorito ordenador.

Pero, ¿por dónde empezar? Es un mundo muy amplio, lleno de numerosas teorías y no quiero leer nada que sea inventado por alguna persona que se aburra en su casa, quiero saber la verdad, lo que está demostrado. Quizás lo más adecuado sería comenzar por conocer su definición. Sí, es un buen punto de partida.

Con Google ya en mi pantalla —por fin— coloco la diminuta flecha sobre el buscador y coloco "Trastorno del espectro autista". Aparecen numerosas páginas, que con el tiempo visitaré, pero me decanto por la más fiel, la que suelo usar para hacer trabajos y que no me suspendan por no buscar bien la información.

"El trastorno del espectro autista se trata de una afección que tiene relación con el desarrollo del cerebro afectando a la forma en la que una persona percibe y socializa con el resto de personas, causando problemas en la interacción social y en la comunicación."

Vale, eso está claro. Tienen problemas para relacionarse y para comunicarse, no todo lo comprende cómo estamos acostumbrados. Además de que a veces prefiere estar sola.

"Los niños que padecen de este trastorno, suelen manifestar los signos de retraso en el desarrollo a partir de los dos o tres años, y mantiene una durabilidad de toda la vida."

Enamorando a SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora