CAPÍTULO 30

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Chris

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Chris

No es que sea la cena que me imaginé precisamente. De saber que íbamos a ser tantas personas, no le habría dicho a Sam que viniera. La cosa es que yo quería pasar tiempo con ella, quería preguntarle más cosas y haber visto otra película de la lista de PJ acurrucados en el sofá por el frío y tomando chocolate caliente... Vale, sí, algo parecido.

Aun así, nada de eso va a ser posible y no solo por los invitados de más, sino más bien porque un ser, el cual el ADN afirma que es mi hermano, se la ha apropiado esta noche y no me deja ni siquiera hablar con ella. Además de eso, mi madre no deja de solicitar mi ayuda para servir la cena, ¿por qué no se lo pide a Kaden? Él no la ha servido en años y podría ayudar un poquito para variar, más cuando piensa quedarse un tiempo.

Y para colmo, los Parker no dejan de hablar sobre lo genial que es su hija a mis padres mientras que ella no deja de mirar a Tyler obsesivamente. Después tendré que disculparme por haberlo hecho pasar por todo esto, aunque, cada vez que he intentado hablarle lo he pillado con la mirada fija en un punto, —y por mucho que me cueste decirlo— es posible que esté interesado en la progenitora de su acosadora.

Una cena muy entretenida, sí señor, justo como la imaginaba.

—¿Sabías que las mariposas solo ven tres colores? Amarillo, rojo y verde —escucho decir a Sam quien está sentada frente a mí justo al lado de Kaden, quien tiene su completa atención.

—¿De verdad? No había escuchado algo tan interesante, cuéntame más —le contesta él aparentemente interesado, sé que lo hace para hacerme rabiar.

Como esa conversación no me agrada en absoluto, decido escuchar lo que está comenzando a decir mi madre en el otro extremo de la mesa.

—¿Cómo está tu abuela, Tyler?

—Podría estar mejor, pero la edad pesa y según su médico, cada vez va a necesitar más reposo para poder hacer cosas —responde la persona a mi lado.

—Es una lástima, es una mujer encantadora. Dale recuerdos —termina diciendo mi madre.

—Lo haré. Por cierto, todo está buenísimo.

Lo que más caracteriza a Tyler es su madurez, a la vez de lo educado que es para este tipo de cosas. Al contrario que nosotros tres, Tyler no suele ser partícipe de nuestras trastadas y ve absurdos muchos de nuestros comportamientos, a pesar de ser un chico que prácticamente no tiene ningún tipo de supervisión parental. A veces me lo imagino con un halo de luz sobre su cabeza mientras que a nosotros nos decoran unos bonitos cuernos de diablo.

—Tyler tiene razón, me encanta su comida, señora Cooper. Me gustaría aprender a cocinar todo lo que hace —habla Sam desde el otro extremo de la mesa.

—¡Oh, gracias, Samantha! Si quieres, luego te doy la receta y se la haces a tus amigos, estoy segura de que te saldrá igual de bueno —responde mi madre llena de orgullo.

Enamorando a SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora