Chris
—Chris, me gusta más este —repite mi madre con esperanzas de que yo esté de acuerdo—. Aunque por otro lado... este de aquí se ve más elegante.
—Mamá, ambos son trajes y son negros, ¿dónde está la diferencia?
A veces pienso que es mi madre la que va a asistir al baile y a la graduación en mi lugar. Está demasiado orgullosa de que sea el segundo de mi curso con mejores notas y está exhausta con la idea de que termino esta etapa de mi vida, recordando la suya múltiples veces.
En cuanto a las notas, mi media ha sido la principal razón por la que las universidades que solicité han aceptado mi solicitud sin pensarlo demasiado, otorgándome becas por ser matrícula de honor, aquello que necesitaba para poder costearme una de las buenas. Me he decantado por aceptar la solicitud de la UCLA, en Los Ángeles, al otro lado del país. Sé que está lejos de todo lo que acostumbro, a cinco horas de avión concretamente, pero me gustó lo que vi, sentí que era ahí donde debía ir.
—¡Pues claro que hay diferencia! Y bastante clara. —Coge uno de los trajes seleccionados y lo señala—. El cuello de este es más picudo que el otro, que es más redondo. ¿No lo ves?
—¡Por Dios, mamá! ¡Elige uno! Me da igual cuál —le exijo sentándome en uno de los sofás acolchados de la tienda.
Los dos trajes son lo suficientemente adecuados para cualquier vestido que Sam vaya a llevar. ¿Por qué calentarse la cabeza con algo tan simple? Pero claro, ella es la que paga, con lo cual, no puedo quejarme demasiado.
Compré las entradas para el baile el primer día que se pusieron a la venta. De hecho, fui uno de los primeros, el resto está preocupado en pedirle a alguna persona que sea su pareja de la forma más original y romántica posible. El baile se celebrará en un lujoso recinto para fiestas cerca de la ciudad, todo organizado por PJ y su equipo.
Lo tengo todo pensado, le diré a Sam que me entregue su mochila ese día con todo lo necesario para quedarse a dormir en mi casa. Entre mis amigos, contrataremos una limusina en la que todos podamos caber sin problemas y que nos recoja en orden. Es nuestro último baile, hay que celebrarlo por todo lo alto, aunque cueste un poco más de nuestro dinero. Una vez todos estemos en el baile, beberemos, comeremos, nos dejaremos llevar por la música, bailaré pegado a Sam dándole múltiples besos y también bailaremos todos juntos. Después, iremos un rato a la fiesta post-baile, probablemente hasta que todos estén borrachos, entonces Sam y yo iremos juntos a comer comida basura. Y, por último, la llevaré a casa, donde nos besaremos numerosas veces antes de irnos a dormir por separado. Es perfecto.
—Bien, supongo que tengo que elegir uno... —Coloca una mano debajo de la barbilla y la otra en la cintura a modo de jarra—. ¡Cuello redondo! ¡Ya está!
—¡Por fin! —Levanto las manos.
—No pensé que sería tan difícil.
—Estoy de acuerdo. —Me levanto del sofá de la tienda, dispuesto a pagar el dichoso traje y marcharnos de una vez.
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Enamorando a Sam
Ficção AdolescenteTodos en el instituto conocen a Chris Cooper, quien es famoso por dejar una estela de corazones rotos cada semana. Pocos saben quien es Sam, un enigma que deambula descalza por los pasillos. Para Chris, el amor se ha convertido en un juego, un clich...