Chris
El silencio de pronto inunda la habitación. Todos se giran bruscamente para mirar al que acaba de pronunciar esas palabras que parecen hacer eco en la gran mansión. La expresión de Sam es pura confusión y no es para menos, creo que todos hemos adoptado la misma. Es más que evidente que nadie sabe a qué se refiere, pero de lo que estoy seguro es de que eso no es cierto, no puede serlo.
Tyler agacha la cabeza y agarra la foto de la mujer con sus dos manos durante unos segundos. Tiene una expresión de pesadumbre y sus nervios se ven reflejados en sus movimientos. Jamás le había visto así, él es el pilar de nuestro grupo, es la voz de la razón, siempre tan seguro de sí mismo sabiendo resolver los problemas que nos surgen. No sabemos absolutamente todo de lo que le pasa en su vida, hay veces que prefiere reservarse y lo entiendo, pero a pesar de eso, no creo que se haya mostrado así muchas veces.
—Tengo que salir de aquí —dice finalmente, saliendo por la puerta tras dejar la foto en su sitio de nuevo.
Los demás nos quedamos inmóviles, supongo que intentamos analizar la situación, pero nos resulta imposible entender nada sin información alguna. ¿Cómo conoció Tyler a la madre de Sam? ¿Y cuándo?
—Chris —Sam rompe el silencio y la incertidumbre que nos rodea—, ¿es cierto lo que ha dicho Tyler?
—No lo sé con certeza, quiero decir, no creo que sea literalmente lo que ha dicho.
—Debe de referirse a otra cosa —añade David, quitándome las palabras de la boca.
—¿Por qué no vamos tras él y le preguntamos? —comenta Ada desde la puerta, parece que no somos los únicos que tenemos curiosidad.
No lo pensamos dos veces y salimos de aquella habitación que ha despertado algo en Tyler. No estoy seguro de que la mejor opción sea atiborrarle a preguntas cuando debe de estar sintiendo algo demasiado angustioso por la expresión que ha mostrado hace unos minutos. Aun así, no vamos a dejarle solo lidiando con lo que sea que sienta, por lo que nos dirigimos hacia la puerta de la gran casa encontrándonos con él sentado al final de las escaleras. Las bajamos sin hacer movimientos bruscos como si fuésemos a espantarlo y poco a poco lo rodeamos.
—Eh... —Me agacho a su altura, pero él sigue con la cabeza oculta bajo sus manos—. Sabes que puedes contarnos lo que sea y cuando quieras, pero estamos casi a bajo cero, no creo que sea bueno que estés aquí mucho tiempo.
—No voy a entrar en esa casa, Chris. —Cuando levanta la cabeza me doy cuenta de lo mal que se encuentra, peor de lo que imaginaba.
—¿Por qué has dicho que la muerte de mi madre fue por tu culpa? —escucho la voz de la pelirroja a mi espalda.
—Sam, cariño, no creo que sea un buen momen... —comienza a decir PJ.
—No, da igual. No puedo actuar así y no contaros el por qué, mucho menos a Sam.
ESTÁS LEYENDO
Enamorando a Sam
Teen FictionTodos en el instituto conocen a Chris Cooper, quien es famoso por dejar una estela de corazones rotos cada semana. Pocos saben quien es Sam, un enigma que deambula descalza por los pasillos. Para Chris, el amor se ha convertido en un juego, un clich...