CAPÍTULO 43

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Chris

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Chris

Parecía que nunca iba a llegar este día y creo que, a estas alturas, muchos deben desear volver cuatro años atrás donde todo comenzó. Saltar a la vida real asusta, demasiado diría yo, pero es parte del proceso.

El Easton High está completamente decorado con motivo de la graduación de la promoción que termina este año y dice adiós para siempre. Este año, la previsión del tiempo dicta que hará un día propio de verano a pesar de que aún quedan unos días para dar comienzo la estación del año, cosa que no pasó hace un año, recuerdo que fue una semana bastante lluviosa y tuvieron que construir todo en el gimnasio. Pero, debido al día que hace hoy, la graduación se llevará a cabo sobre el césped del campo de fútbol. Las sillas están colocadas para los estudiantes, mientras que los familiares lo harán en las gradas, justo donde estará la banda de música. Hay un escenario donde la directora hablará, donde iremos subiendo cuando seamos llamados y donde yo daré mi temido discurso.

He de admitir que estoy nervioso. Llevo escribiendo esta hoja durante toda la semana, he borrado y tirado a la papelera miles de versiones, lo he releído infinidad de veces para comprobar que está bien, aunque a causa de ello hiciera más cambios. Aun así, no estoy contento del todo, no sé si es un buen discurso y probablemente otra persona lo hubiera hecho mucho mejor que yo, pero al menos espero llegar a la altura.

He venido acompañado de mis padres quienes no dejan de sacar fotos a cada paso que doy, además de Kaden, que saluda a antiguos compañeros suyos y profesores. Las togas que llevamos tienen los colores del instituto, azul oscuro con banda amarilla además de la borla del gorro. Ya hay bastante gente esperando a que comience la ceremonia, pero aún no he visto a ninguno de mis amigos. No dejo de dar vueltas de un lado para otro, intentando calmar mis nervios. ¿Cuándo he estado así de nervioso antes? Ni siquiera para un examen.

—¿Quién me diría a mí que te vería con toga y birrete? —escucho la voz de Georgina, no esperaba que fuese a venir, pero por lo visto iba en serio—. ¡Estás genial, Chris!

—¡Gracias! —Sonrío a pesar de lo que estoy sintiendo, ella me da un abrazo que yo respondo con cariño.

—¿Cómo va lo del discurso?

—Va. Aunque creo que vomitaré en algún momento.

—Qué asco, no lo hagas —dice haciendo una mueca—. Lo vas a hacer bien, seguro que lo que has escrito será increíble.

—Permíteme que lo dude.

—¿Por qué crees que lo vas a hacer mal?

—Porque no acostumbro a hablar delante de tanta gente y porque pienso que quizás mi discurso es demasiado típico.

—¿Puedo echarle un vistazo al menos?

—No, creo que eso será peor. Si veo alguna mueca en tu rostro negativa, no sé qué haría. Sam lo habría hecho mil veces mejor que yo.

Enamorando a SamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora