CAPÍTULO 1

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4 años después

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4 años después.

Sábado 15 de septiembre.

San Petersburgo/Rusia

Shara.

El frío golpeaba mi cara haciéndome cerrar los ojos mientras observaba a distancia como isaac se acercaba con un paraguas. La temperatura era fría y un abrigo de piel me cubría, intentando apaciguar el frío.

Ya hacían cuatro años desde mi partida, desde que me instale por completo aquí en rusia, había dejado todo atrás, termine mis estudios aquí, en una de los mejores institutos del mundo. Cuatro años sin ver a alexander y sin tener ningún tipo de comunicación con el. Al parecer los planes de mi padre sobre separarnos habían dado frutos.

Mis dias luego de la secundaría se centraban en dibujar diseños de vestidos y prendas de vestir los cuales tenía pensado lanzar en cuanto viajara con mi madre. Tenía miedo de volver, por que sabia que absolutamente todo había cambiado, sentía que las cosas no volverían a ser las mismas. las interrogantes que mi cerebro creaba  noche tras noche hacían estragos en mi. ¿Y si alexander ya no siente lo mismo por mi?, ¿y si tiene a alguien más? ¿Si ya me olvido?.

Me atormentaba de solo imaginarlo con alguien más, mi padre había intentado presentarme con algunos hijos de sus socios para que lo olvidara, pero siempre resultaba lo mismo, terminaba ignorándolos. Desde que llegué aquí me siento observada y sin privacidad, cada que salgo a la calle, camionetas negras me siguen en el transcurso y se que no es mi padre quien las envía, se lo he preguntado y lo a negado rotundamente.

Mi enfermedad  ya no me causaba problemas, los tratamientos estaban resultandos exitosos al igual que mi desorden alimentación que fue delicadamente tratado, mi anorexia desapareció por completo gracias a algunas terapias privadas.

—Te noto distraída.—La voz de isaac me saca de mi pensamientos.

—Solo estoy cansada.—Contesto con la vista puesta en la calle.

—Ya me imagino, pasó todo el dia en la biblioteca.

Últimamente era mi lugar seguro y aunque en casa había una, preferia salir y experimentar nuevos ambientes.

—¿Has viajado a italia?.—Pregunto cambiando de tema.

Su vista recae en mí por un instante.

—No se nada de el, Shara.—Responde pendiente a la situación.

—¿Que te hace pensar que me refiero a él?.—Cuestiono mirándolo con fastidio.—Recuerda, tengo un hermano, un sobrino y una madre allá.

—Bueno, bueno ya.—Levanta sus manos al volante.—Solo decía, no tienes que enojarte nicoco.

—Si me vuelve a llamar así...—Amenazo, pero soy interrumpida cuando noto que camionetas idénticas a las que me sigue nos rodean.—¿Que está pasando?—Mi nerviosismo se hace presente cuando hombres armados comienzan a salir de estas.

CADENAS DE LUJURIA. [#2] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora