CADENAS DE LUJURIA. [#2] (EN EDICIÓN)

CAPÍTULO 19

Beverly Hills, California

Sábado 16 de Noviembre

Shara

Buscaba entre los estantes algo que me gustara, la chica de la tienda también lo hacía, habían pasado unos dos días desde lo que sucedió con Alexander y no había señales de él, tampoco lo llame, pues no iba a tirar mi plan por la borda, me encontraba en el área de ropa interior, la muchacha me mostró un conjunto de lencería roja diminuto, abrí los ojos a su dirección.

—Utilícelo ahora que es joven. —Tome la tela entre mis manos y suspiré. —A de tener alguien por ahí a quien modelárselo.

La mire con el ceño fruncido, pero que atrevida.

—Gracias, supongo.

Fui a la caja a pagar lo poco que había comprado, venía con Hannah pero cancelo a último minuto. La canastilla de compras solo contenía dos blusas un vestido blanco sencillo y el juego de lencería. La cajera recibió mi tarjeta y prosiguió a pasarla, le sonreí cuando coloco todo en una bolsa.

Mientras caminaba hacia el estacionamiento mi teléfono comenzó a sonar. No quería contestar hasta llegar al auto pero me desespere y tome la llamada, se trataba de Luciano, me pareció extraño que a estas alturas se comunicara conmigo, pero no le tome mucha importancia y solo conteste.

— ¿Hola? —Al otro lado de la línea se escuchaba un chirrido extraño, luego la voz de alguien a lo lejos, fruncí el ceño y quite el teléfono de mi oreja para mirar la pantalla, pensando que se trataba de la interferencia.

—Cuñada ¿Cómo estás? —Me detengo un segundo frente a una tienda cerca de la salida.

—Estoy bien ¿Paso algo? —Cuestione, a lo mejor me llamaba por Alexander, tal vez para preguntarme por él, pero la verdad era que no sabía nada del desde hace unos Días, ni siquiera sé si aún sigue aquí.

—Oh no, tranquila, solo llamaba para saber cómo estabas. —Se quedó en silencio unos segundos. —Hace un tiempo no hablamos, me preocupe y decidí llamarte.

Estaba algo confundida.

—Todo está bien. —Me doy la vuelta mirando cómo las personas pasan a mí alrededor. —Bueno, debo irme...—Escucho como alguien maldice, a lo lejos. — ¿Estas con alguien?

Escucho un pequeño estruendo, luego un grito y me asusta lo que pueda estar sucediendo.

—Todo está bien, solo es un idiota, dejo caer su taza de café.

Aprieto el teléfono en mi oreja.

—Adiós. —No espero a que conteste y me dirijo hasta la salida.

Las personas caminan a mí alrededor con prisa, mi teléfono vuelve a timbrar y bajo la mirada hacia la pantalla de este mientras camino, es un mensaje de Hannah, no logro leerlo, pues cuando estoy a punto de abrirlo alguien choca conmigo causando que mi teléfono caiga y yo retroceda, Escucho que se disculpa y toma el teléfono y me lo extiende, pero yo solo tengo las manos en mi hombro golpeado.