CAPITULO 5

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Lunes 26 de septiembre.

Venecia/Italia.

Shara.

Sepillaba mi cabello de hace ya más de 15 minutos, quería que luciera perfecto sin ningún tipo de enredaderas, llevaba un top rojo unos mom jeans negro y unas botas blancas.

Cuando baje las escaleras mi madre y alexander se encontraban en el comedor.

-Te ves preciosa hija.-Mi madre se levantó y deposito un tierno beso en mi mejilla.

-Gracias mamá.-Me separe de ella y tome asiento a su lado.

Mire a alexander quien solo miraba su teléfono sin prestarnos atención.

-Ya debemos regresar a Milán, nos resguardaremos en una casa de seguridad.-Asentí y comencé a comer el desayuno.

En realidad no quería irme, quería pasar tiempo con alexander y hablar como lo hacíamos antes, pero eso era algo que tenía muy bajas probabilidades de pasar.

Cuando termine de comer deje la mesa y me dirigí al patio trasero por un poco de aire, a lo lejos vi algo que me dejó petrificada, el tigre ese me estaba observando sentado a unos metros de la piscina.

-No te hará nada.-Salte del susto ante la aparición repentina de alexander. No conteste y mire al frente, el en cambio, se poso a mi lado copiando mi acción.-¿Como te fue con los tratamientos?.-Lo mire antes de responder.

-Supongo que fueron eficaces.

-Shara.-Se giró a mi.-¿Te puedo hacer una pregunta?.-Extrañada y curiosa asentí.-¿Que hacías en Alemania?.-Mis ojos se abrieron de repente.

-¿Luciano te dijo?.

-No, estaba ahí.

-¿Que?, pero si no te vi.

Una indescifrable sonrisa se dibujo en sus labios.

-¿Sigues creyendo que soy un egocéntrico y maleducado?.

Mi boca se abrió al darme cuenta, ¡Era el!, ¡no puede ser, todo lo que le dije!.

-Lo siento no tenía ni idea...-Me interrumpió.

-Cuando te vi en el pasillo, dudé en si eras tu, pero luego te vi con Sebastian y mis dudas se esfumaron.-Se acerca a mi.-Ahora, déjame decirte, que ese vestido te quedaba hermoso.

Mi corazón comenzó a bombear violentamente ante sus palabras y es que no es sorpresa que alexander siempre ha tenido efectos raros en mi. El momento fue interrumpido cuando por el rabillo del ojo vi como Avon, el tigre corría a nosotros, me aferre a la camisa de Alexander con miedo a que me Salte encima.

Pero a diferencia de eso, siguió derecho sin detenerse, mire a donde se fue aun abrazando a alexander. Un hombre mayor acariciaba la cabeza del felino mientras este saltaba juguetonamente. comenzó a caminar a nosotros mientra Avon lo seguía impidiendole el paso.

-¿Quien es ese señor?.-Pregunté curiosa, pues tenía un gran parecido a alexander.

No respondió, yo solo me limitaba a ver cómo el hombre caminaba muy calmadamente a nosotros.

-¿Acaso crees que estás de vacaciones alexander?.-Comentó cuando llegó a nosotros.-Suelta a esa chica y mueve tu trasero a la empresa tienes una reunión con  inversionistas de corea en tres horas.

¡Mierda!, aun seguía abrazándolo, lo solté rápido y me aleje unos metros, causando una mirada de enojo.

-Ya prepare todo, la hare desde aqui.-Respondio calmado.

CADENAS DE LUJURIA. [#2] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora