CAPÍTULO 4

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Domingo 25 de Septiembre.

Milán/Italia.

Shara.

Los días pasaron como hojas en otoño, llenándome cada vez más de preguntas y respuestas inconclusas, desde que llegué a italia no he sabido nada de alexander, cosa que de algún modo me molesta. Se que es muy inmaduro y estúpido de mi parte, creer que luego de tantos años el me seguiría amando.

Las cadenas que me ataban a el querer de hace años aun siguen en pie, iracundas a soltarme, se que debo dejarme ir, dejar de quererlo, pero dudo que eso sea fácil. Tengo miedo de que si lo vuelvo a ver sea al lado de otra mujer, que la mire de la misma forma en que lo hacia conmigo hacía ya años, años que ya con el tiempo se van desvaneciendo de mi ser.

La puerta fue abierta mostrando a benjamin y a las estilistas que me arreglarían para el desfile que se estaba llevando a cabo.

-Bien, chica, prepárate para deleitar.-desato mi cabello dejándolo caer por mis hombros.-Sal y muestras que Shara Nicole Ivanova a regresado.-Asentí sonriente levantándome y caminando al inicio de la pasarela.

La musica comenzo a soñar y con ella las cortinas a levantarse, los Flash de las cámaras iluminaron mi rostro al momento en que comencé a caminar, lamentablemente esta pasarela era super larga. doble una esquina mirando fijamente al frente, otra modelo venia caminando a mi dirección la cual era señal de que debía quitar mi capa para volver a dar otra vuelta.

Cruzó por mi lado y al momento lleve mi mano al cuello de la capa quitandolo para dejar ver a el hermoso vestido empedrado que cubría mi cuerpo, los aplausos no se hicieron esperar, varias veces se repitió la acción con atuendos diferentes, dejando a la gente boquiabiertos con cada diseño. Cuando el desfile terminó, se dio inicio a la fiesta.

Personas bien vestidas con trajes y vestidos elegantes se paseaban por el salón, mientras que yo los observaba desde la primera planta, la verdad no queria estar ahi, odio escuchar como señoras o chicas presumen con descaro su fortuna. No es como que yo no sea presumida, pero es que ellas con su descaro e hipocresía, simplemente no las soporto.

De un momento a otro sentí que me miraban, me asome más por las barandillas pero no veía quien, de seguro estaba alucinando. le quite un poco de importancia pero aun sentia esa sensacion de ser observada. Me aleje para caminar hasta el gran balcón con vista a la hermosa ciudad de milán.

El aire golpeó mi cara levantándome el cabello de los hombros, que rica brisa, suspire mirando todo con admiración. pero la sensación volvió a golpearme, pero esta vez sentía una presencia fuerte a mis espaldas. voltee abruptamente haciendo que esa peculiar fragancia me embriagara de inmediato.

Dios, ¿me enviaste a uno de tus ángeles?.

Me quedé paralizada mirando cada una de sus facciones sin poder asimilar este momento, mire sus ojos los cuales se encontraban inexpresivos, mirándome con desde y altivez, aun anonada y sin poder creerlo me acerque un poco. Su cabello se encontraba perfectamente peinado y su traje se posaba de manera tentadora en su cuerpo.

Pero, ¿en verdad era él?, ¿al fin lo tenía en frente?, di un paso hacia atrás por su imponente y cruda mirada.

-¿Alexander?.-Pronuncie en un susurro desgarrador.

El metió sus manos en los bolsillos de su pantalón mirándome de arriba abajo.

-Ivanova.-Habló con voz ronca y firme.-Cuanto tiempo, ¿No?.

Mis ojos comenzaron a humedecerse, quería abrazarlo, decirle cuanto lo extrañe, pero algo me decía que no seria lo correcto. Dio varios pasos hacia mi, quedando a poco metros, ante esto baje la cabeza pero el tomó mi mentón para que lo mirara a los ojos.

CADENAS DE LUJURIA. [#2] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora