CADENAS DE LUJURIA. [#2] (EN EDICIÓN)

CAPÍTULO 17

Miércoles 13 de noviembre

Beverly Hills/California

El sol estaba en todo su esplendor, el sonido de las olas golpeando contra la orilla y las aves cantando era lo único que podía escuchar. Hanna y yo había decidido tener un día de playa, ella se encontraba en el agua y yo recostada en una de las tumbonas de la playa. Me sentía bien y relajada, el bikini que llevaba puesto aún no había sido tocado por el agua y no quería levantarme, creo que debí medírmelo en el hotel antes de salir, pues teniéndolo puesto aquí me di cuenta de lo descubierto que era, no dejaba nada a la imaginación.

Tenía una toalla cubriendo desde mis pechos hasta la mitad de mis muslos. Unas gafas negras cubrían mis ojos. Tome un sorbo de la bebida que había pedido. Me encontraba recibiendo un masaje en los pies, pues una señora había pasado brindando sus servicios y no supe como decirle que no. Mi teléfono comenzó a sonar y de inmediato lo tome sin ver de quien se trataba.

— ¿Hola? —Hable casi en un gemido cuando la mujer movió sus manos sobre mis dedos.

—Buenos Días, Shara. —Es Alexander, me incorporé un poco.

—Hey ¿Cómo estás? —Suspire cuando las manos viajaron a mis plantas.

—Estaría perfecto si me dijeras por qué demonios estás gimiendo.

—Aah, no es nada. —La mujer Doblo mis pies. — ¡Oh Dios! —Grite.

—Shara, no me hagas perder la paciencia.

— ¿De qué estás hablando Alexander, estoy disfrutando esto ¿Te puedo llamar luego?

—No, no pue...—Colgué la llamada y seguí relajándome.

Nunca me había sentido tan bien y relajada, la mujer continuó con su trabaja durante 25 minutos más, minutos que los vi como la gloria. Cuando terminó le pague y decidí al fin entrar al agua. Mi cabello estaba envuelto en un moño y cuando me levante y quite la toalla me deshice de él. Comencé a caminar hacia el agua y pude ver como hanna salía destilando agua.

— ¿Decides entrar cuando ya me voy? —cuestionó molesta.

—Lo siento, me sentía insegura con el traje de baño. —Conteste.

— ¿Insegura con ese cuerpazo, mami?

Levante mi brazos y comencé a introducirme al agua.

—Ten cuidado y un tiburón se enamora de ti.

Me reí mientras que el agua comenzaba a cubrir mi cuerpo. Sentí escalofríos de inmediato el agua no estaba caliente ni tibia como lo imagine. Eche la cabeza para atrás para que mi cabello se mojara. Pase alrededor de 15 minutos en el agua, Salí cuando las olas comenzaron a golpearme con fuerza.

Hanna se encontraba hablando con unos chicos los cuales en cuanto llegue se me quedaron viendo raro.

—Diablos. —Dijo uno de ellos mirándome de arriba abajo. —Creo que el mar nos envió a su diosa.