Capitulo 16

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Amber suspiro profundamente cuando por fin salieron de Boutique, ese lugar era encantador para cualquiera menos para ella, en su otra vida jamás había ido a comprar un guardarropa, con suerte iba a comprar sus útiles escolares y cuando se graduó el fiel Kreacher se encargó de las compras. Por lo tanto ir a comprar un guardarropa femenino completo era una situación aterradoramente desconocida y angustiante para la pobre chica.

Siguió ciegamente a su madre, pensando en que todo el sufrimiento que estaba viviendo y el que viviría en un futuro próximo, era por y para esas personas que dejaron su vida para que Harry viviera la suya. Pero más que nada lo estaba haciendo por Teddy, su pequeño huracán de ojos ámbar y sonrisa desdentada.

Ese niño que se volvió la única razón de vivir para Harry, él merecía crecer alrededor de sus padres que lo colmaran de amor, con abuelos que lo malcriaran.

Los ojos verdes de Amber se llenaron de lágrimas, Teddy se merecía la vida que nunca tuvo Harry y que si la muerte no lo hubiera alejado de él, le hubiera dado aunque la hubiera tenido que pagar con su alma.

La chica respiro profundo y sus manos volaron a secarse las lágrimas que caían por sus sonrojadas mejillas, nada ganaba con llorar por un futuro que ya no iba existir, por una vida que ya perdió.

Sin notar por dónde iba, aún secándose las lágrimas, chocó de frente con alguien. Unas manos grandes le afirmaron por la cintura, ya que el impacto la hizo retroceder.

Las manos de Amber dejaron su rostro y sus ojos verdes, húmedos y enrojecidos miraron el pecho de su salvador envuelto en una túnica elegante con el escudo Black bordado encima de su corazón.

Levanto la mirada y se topo con el rostro apuesto del que podría ser un familiar de su amado Sirius. El hombre tenía los infames ojos grises que caracterizan a los Black, su pelo negro estaba acomodado en una elegante melena recogida, su rostro estaba adornado con una impecable barba estiló Stubble, un pequeño lunar descansaba al lado de su ojos izquierdo. Una sonrisa gentil y algo burlesca adornaba sus labios.

Un furioso sonrojo golpeó con saña las mejillas de Amber al notar que prácticamente se estaba comiendo con los ojos al desconocido que aún la tenía afirmada de su cintura.

El guapo desconocido sonrió divertido y saco sus manos de su cintura, pero agarró su mano izquierda, para estabilizarla y besa sus nudillos adornados por sus anillos con un delicado beso que sonrojo aún más a la pobre joven.

-Lamento haberme tomado la libertad de tocarla sin su autorización mi dulce dama- tan pronto sus labios se apartaron de sus manos, el varón dejo ir su mano e hizo una ligera reverencia. Amber bajo ligeramente la cabeza y hizo a su vez una pequeña venia.

-No puedo molestarme, ya que fue su agarré el que evito que cayera y me lastimara- Amber dio gracias al cielo, que su memoria recordará la forma de hablar de Narcisa.

El hombre sonrió encantadoramente y se enderezó.

-¿Puedo saber el nombre de tan bella dama?- la sonrisa trajo un tumulto de emociones a la joven, Sirius tenía la misma sonrisa, pero está a diferencia de su amado padrino, no estaba teñida por el dolor y la locura de trece años en Azkaban.

-Amber, Amber Peverell- la voz de la joven Dama era firme pero amistosa.

-Es mi placer conocerla Heredera Peverell- la sonrisa seguía amable -Por mi parte soy Aldebarán, Aldebarán Black-.

-Es un placer para mí conocerlo-.

-También es un placer para mí conocerlo- joven Black- la voz de Celeste saco a los dos de su pequeño burbuja -Soy Lady Celeste Morte la madre de Amber- Celeste ofreció su mano

Los ojos grises del varón brillaron con conocimiento, pero su sonrisa no perdió su fuerza, la mano derecha de Celeste subió suavemente hasta que Aldebarán la tomo y con una ligera inclinación beso casi fantasmalmente su dorso, mientras que la mujer hacían una pequeña reverencia.

Amber vio todo esto y lo guardo en su memoria, cómo referencia. Su instinto le decía que lo iba a necesitar en un futuro cercano.

El joven Black se levantó y dejo ir la mano de Celeste con gentileza, su mirada grises miro a ambas, un destello en sus ojos, hizo notar a la más joven, que su curiosidad iba a sacar lo mejor de él.

-No puedo evitar notar que llegaron hace poco- no fue una pregunta, fue un hecho.

-¿Que nos delató?- pregunto Celeste.

-No podría pasar por alto a dos bellas damas como ustedes- la coquetería era un rasgo natural de los Black al parecer.

Celeste soltó una ligera risilla, sus ojos brillaron con diversión y Amber escondió una sonrisa, si tan solo Aldebarán supiera que estaba coqueteando con la muerte no parecería tan fresco y divertido.

-Nos alaga joven Black- Celeste bajo ligeramente la mirada, para diversión de su hija y placer del mencionado.

-No es un alago Lady Morte, es un hecho-.
Definitivamente los hombre Black eran coquetos y muy buenos para subir la autoestima a las damas, pensó Amber con diversión.

-Me muero por seguir hablando con tan bella compañía pero el deber llama- Aldebarán hizo una ligera reverencia para despedirse -Me despido y espero sinceramente poder hablar en un futuro próximo con ustedes-.

-Será un placer- dijo Celeste que junto a su hija hicieron una pequeña venia para despedir del coqueto Black -tenga suerte y cuidado- termino Amber con preocupación genuina.

-Pierda cuidado señorita Peverell- la sonrisa de Aldebarán fue más dulce que coqueta, cómo si viera a otra persona en vez de Amber -Soy cómo las cucarachas, imposible de matar-.

Amber no esperaba eso y soltó una carcajada y escondió su risa en el hombro de su madre que se reía más elegante.

El joven varón se dio por satisfecho y con una exagerada reverencia se fue con paso firme hacia el interior del callejón Diagon.

-Encantador verdad hija mía-.

-Definitivamente- la diversión en sus ojos verde brillaba.

-Este divertido hombre es el hermano mayor de Walburga, Alphard y Cygnus Black, primogénito de Pollux y Irma Black de soltera Crabbe- dijo Celeste a una atónita Amber.

-Con razón me recordaba tanto a Sirius, si es su tío materno- la sonrisa volvió a los labios de Amber, ya sabía de dónde saco la personalidad su amado padrino -¿Qué fue de él?-.

-Murió- Celeste bajo la mirada -Hubo un ataque en Hogsmeade y por defender a sus hermanos menores y primos murió, con su muerte Walburga se volvió amargada y con el nacimiento de su primer hijo que era un clon de su padre y con la personalidad de su tío, la pobre mujer enloqueció-.

-¿Por qué?- Amber no pudo evitar preguntar.

-Porque Aldebarán murió empujando a su hermana y a su prima fuera del rango de ataque de un Fiendfyre- los ojos de Celeste bajaron para encontrase con los de su hija -Para los Black hay algo más importante que su sangre-.

-Su familia- termino Amber, Sirius no dudo en matar y morir por los que considero su familia.

-Exacto, pero Walburga profano eso, ya que en su dolor por la perdida de su hermano, olvidó la lealtad por la familia y se concentro en la sangre, borrando a cualquiera que no siguiera sus ideales cuando se transformo en la matriarca de la familia-.

Amber no pudo sentir nada más que lastima por la madre de Sirius, sin saber que lo único que hizo en vez de proteger su familia fue nada más que destruirla.

-En ese ataque también murió la hermana menor de Orión. La pequeña Alya solo tenía nueve años, fue en compañía de Aldebarán para ver a sus hermanos mayores-.

Amber solo se cubrió la boca con su mano, el impacto de la noticia fue brutal, una agonía profunda se fue creando en su pecho, morir solo por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado le trajo muchos malos recuerdos.

-Por eso Walburga se amargo, culpo a la hermana de Orión por la muerte de su hermano y por consiguiente a Orión- termino Celeste, con su una mirada lejana.

La joven de ojos verdes comprendió todo en un instante, al perder a su hermano Walburga culpo a Orión, y como su primogénito era igual a su padre lo quiso odiar, pero mientras crecía notó la personalidad de su amado hermano en él y solo agravó su dolor e irá, ya que se imaginaba que hubiera sido si su hijo y su hermano se hubieran conocido. Y el hubiera duele más que el fue. Que lamentable, que profundamente lamentable.

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