Capitulo 23

940 95 12
                                    

Luego de que ambas mujeres salieran de la tienda de Ollivanders y Hedwig volviera a los hombros de Amber, Celeste tomo la mano de su hija y la hizo caminar.

-Ahora tenemos que ir a buscar una varita personalizada- dijo la mujer mayor.

-Si, pero ¿Dónde encontraremos eso?- dijo Amber con curiosidad.

-En el Callejón Diagon no encontrarás una tienda así- Celeste miro a la lechuza de su hija -tendremos que aparecernos en otro lugar-.

-Oh, entiendo- Amber se detuvo y miro a su Hedwig, está se esponjo y chasqueo su pico -ve a la Finca Peverell niña y aprovecha de cazar. Tan pronto términos me reuniré contigo- la chica beso suavemente la cabeza de su lechuza y está ululo suavemente, Hedwig mordisqueó la nariz de la joven y salto al hombro de Celeste para mordisquear su oreja y emprendió el vuelo, bajo la atenta mirada de ambas mujeres.

-¿Por qué ella hizo eso?- pregunto Celeste tocando su oreja asombrada, mirando la manchita blanca a la distancia que era Hedwig.

-Hedwig es una lechuza muy inteligente y no tengo duda de que ella sabe quién eres en realidad- Amber miro los ojos azules de la mujer mayor -ese pequeño mordisqueó significa dos cosas, uno. Te respeta y no te tiene miedo y dos. Ahora eres su polluelo y pobre de el que te quiera lastimar, porque ella le sacara los ojos sin dudarlo- la joven le sonrió suavemente a Celeste y aparto respetuosamente la mirada para permitirle a la mujer secarse las lágrimas de sus ojos.

Celeste sonrió con ternura y sus ojos aguados se cerraron, estaba tan acostumbrada a ser odiada y temida que cuando escucho que la lechuza de su hija la consideraba algo digno de proteger sus lágrimas fluyeron.

-¿Dónde vamos?- pregunto Amber tratando de distraer a su madre, aún no podía soportar ver llorar ha alguien sin sentirse incomoda.

-Dame la mano y lo sabrás- dijo Celeste ya un poco más recompuesta, su hija le tendió la mano y sin avisarle se desapareció. Llevándola a un lugar que no reconocía en frente de una cueva tallada en una montaña y haciéndola sentir mareada ya que no estaba preparada para dichoso viaje.

Luego de que Amber se recompusiera y mirará con reproches ha una risueña Celeste, ambas empezaron a caminar por un camino que estaba escavado en la montaña cada vez mas profundo en el corazón de esta.

Luego de unos minutos de intensa caminata a la distancia una luz brillante destacaba, Un par de pasos mas y salieron a la luz resplandeciente del medio día en el lugar mas hermoso que Amber en esta y en su otra vida había visto. Estaban en lo alto de un valle que resplandecía de la mas hermosa y natural belleza, las casa estaban mimetizadas con la naturaleza que las rodeaba, flores de todos los tipos y colores decoraban cada rincón y los arboles ayudaban a darle un toque casi mágico a el hermoso lugar.

Caminaron hasta el centro del aparente pueblo, donde una casa se destacaba de entre todas, no tenia algún letrero que le diera una idea a Amber de donde la estaba llevando Celeste, pero no tenia miedo por que confiaba en esa mujer que ahora llamaba como su madre, pero no podía negar que el silencio y las miradas cómplices que compartían Celeste con los pueblerinos la ponían nerviosa, la paranoia que tenía luego de la guerra jamás la abandono así que era muy cuidadosa con su entorno y mantenía la guardia en alto para con los lugares que no conocía.

Marcha atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora