Capitulo 24

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Las dos mujeres aparecieron enfrente de la entrada de la finca Peverell, la primera imagen que tuvo Amber del lugar fue, una cerca negra con la advertencia de ‘’prohibida la entrada, propiedad privad’’. Pero cuando Celeste camino y traspaso la cerca como si fuera agua y desapareció de la vista, una muy asombrada Amber la siguió llena de curiosidad.

La chica atravesó la ilusión, un escalofrió cubrió su cuerpo cuando paso la falsa cerca, las protecciones le dieron la bienvenida, un calor gentil la envolvió y la acaricio con gentileza, la magia de Amber se soltó de su firme control y se envolvió en la magia de las protecciones de la finca.

Luego de un momento para asimilar la cantidad de sentimientos y magia que envolvieron a la adolecente, los ojos verdes de la muchacha pudieron apreciar la belleza que la rodeaba. La ilusión protegía un paisaje mágico, grandes setos oscuros enmarcaban la senda hacia una gran mansión, no tan grande como la de los Malfoy, pero mucho mas hogareña. Amber camino con tranquilidad respirando profundamente el aire de campo, los olores de las flores, hierva fresca y tierra húmeda se mesclaban llenando los pulmones de la adolecente, recuerdos agridulces de su tiempo e la madriguera cuando aun era aceptado y era un miembro más de la familia de los pelirrojos, inundaron su mente, trayendo la melancolía y la profunda soledad que la chica trato con todo su ser ignorar como siempre lo hacía.

Amber fue sacada de la espiral de angustia en la que estaba, por una preocupada Celeste, la chica solo le sonrió para tranquilizarla y siguio el camino al lado de su madre por la senda, el sendero se bifurco hacia el lado derecho y se abría en un gran patio delantero, una fuete con una estatua en forma de Grim sentado burbujeaba alegremente justo al medio de el patio, muchas flores se encontraban dispersas por el lugar, un par de bancas y una pequeña pérgola de color oscuro cubierta con enredaderas se veía casi al final de el patio, el tintineo y risillas de las pequeñas Hadas que jugaban entre las flores le daban su toque mágico.

Los ojos verdes de Amber volvieron a mirar al Grim de mármol negro encima de la fuete, estaba tan bien hecho que la joven no podía evitar pensar que el canino en cualquier momento se iba a levantar o iba a aullar. Los ojos de el animal era de un rojo sangre, y cuando la jovencita se acerco, pudo notar que dos rubíes le daban ese color a los ojos de dicho animal. Amber no pudo evitar pensar que a lo mejor el Grim podría ser activado para proteger la finca con el hechizo que la profesora McGonagall activo las estatuas de Hogwarts.

Celeste sonrió ante el asombro de su hija, con gentileza guio a la chica del brazo a la mansión, la que seria su hogar era una mansión medieval amplia de tres pisos, sus paredes de fuerte color gris oscuro, eran resaltada por la gran cantidad de enredaderas que se habían adueñado del frontis. Pero no obstaculizaban la vista, mas bien la acentuaban, era una construcción imponente, quizás no tenia la imponencia ni la ostentosidad como la tenían la mansión Black o el Castillo Potter, pero para Amber que era una chica humilde, la mansión seria su hogar ideal. Además de que podría disfrutar de la tranquilidad del campo y la muchacha podría hacer y deshacer en su nuevo hogar.

Se acercaron a las puertas de la mansión, subieron la pequeña escalerilla de piedra blanca, un arco de mármol con una larga secuencia de runas de protección y ocultamiento, que la joven apenas pude entender del todo, ya que las runas que habían talladas eran unas mezclas de runas Celtas y Nórdicas antiguas, que apenas ya se usaba, la chica daba gracias a Merlín por todos esos momentos de autoestudio de runas y Aritmancia que fuero muy necesarias para su carrera como Auror, la puerta doble se abrió por si sola y un pequeño elfo se abalanzo a las Piernas de Amber.

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