'Mierda' pensó Sofía mientras corría por el camino de tierra, ajena a lo mucho que su vida estaba a punto de cambiar. Con cada tranco la pesada mochila rebotaba contra su espalda, y sobre su cabeza había un cielo plomizo que amenazaba lluvia. Le había vuelto a pasar, se había vuelto a quedar dormida y las clases estaban a punto de comenzar. Lo peor era que le tocaba física a primera hora, y al profesor no le llamaban el Estirado precisamente por su amabilidad y comprensión. Lo que menos le apetecía era aguantar una de sus broncas delante de toda la clase, muy especialmente cuando sentía la energía de su pecho tan revuelta.
—¡Maldita luna llena! —dijo sin siquiera intentar reprimir el gruñido de frustración que retumbó en su garganta.
Afortunadamente conocía un atajo, así que abandonó el camino de tierra y se lanzó bosque a través. Era otoño y la humedad en el ambiente había creado una pálida niebla que cubría todo el pinar. Eso no era un problema ya que Sofía lo conocía de sobra como para ser capaz de moverse entre los troncos sin miedo a tropezar. Con pasos ágiles esquivó helechos, piedras y raíces sin dificultad alguna.
Tan concentrada estaba en llegar a su destino que no vio a la criatura que corría hacia ella. Tampoco escuchó sus pisadas, sorprendentemente silenciosas pese a su frenética carrera. En la niebla llegó a apreciar una pálida silueta, pero eso fue todo lo que vio apenas un segundo antes de sentir el golpe que la mandó rodando por el suelo. Dolió, vaya si dolió. Gimiendo, cubierta de barro y hojas de los pies a la cabeza y un poco aturdida, Sofía levantó la mirada
—¡Oh, joder! —Se llevó una mano a la boca y sintió que el corazón le daba un vuelco.
Era un perro y no lo era. Era un cánido enorme, del tamaño de un mastín, blanco entero salvo por el hocico, que lo llevaba manchado de sangre fresca. La criatura la miró con miedo impregnado en sus ojos azules y gimoteó a la vez que echaba las orejas hacia atrás. Antes de que ella pudiese hacer o decir nada, el perro echó a correr bosque arriba y desapareció entre la niebla. Durante unos minutos Sofía se quedó allí sentada, jadeando.
—Joder... Un hombre perro...
Empezó a llover. Irritada, soltó un bufido. No podía tener peor suerte, pero tampoco era como si pudiese hacer algo en contra del clima. Tras quitarse un poco el barro y las hojas de la ropa reanudó su carrera. Llegó al instituto cuando la estridente campana ya estaba sonando. Con las suelas de sus zapatillas mojadas, cruzó los pasillos a toda velocidad y corrió escaleras arriba, saltando los escalones de tres en tres. Tuvo suerte de no caerse ninguna de las veces que terminó patinando en un giro.
Jadeando, entró en la clase justo momentos antes de que lo hiciese el Estirado, y su aspecto era tan lamentable que todo el mundo se quedó mirando. Sofía levantó la cabeza bien alta y cruzó hacia su pupitre, el último atrás del todo. No le importaba que la mirasen, tampoco era la chica más popular de clase. Había un motivo por el cual se sentaba sola y realmente lo prefería así.
—¿Nueva moda? —dijo Lola, la pija de la clase, cuando Sofía pasó a su lado.
Sus amigas le rieron la gracia.
—Lola, han llamado del taller. Dicen que ya puedes pasar a por tu insultómetro, que ya está calibrado —soltó Sofía, y la otra chica, que siempre iba divina, torció el gesto en una mueca de desprecio.
Cuando llegó a su pupitre tuvo cuidado de no arrastrar la silla antes de sentarse. El roce de las patas sobre el suelo hacía un ruido atroz y ya había llamado lo suficiente la atención. De todos modos, parecía que sus compañeros ya se habían olvidado de ella, la mayoría al menos. Lola y sus esbirras estaban cuchicheando entre ellas para variar.
Sofía puso los ojos en blanco y, de su mochila, sacó el cuaderno y el estuche que iba a necesitar para la clase. Sus apuntes eran una cosa más parecida a garabatos que a apuntes, con tachones, algunas anotaciones torcidas y otras ajustadas al límite de la página. No eran bonitos pero ella se enteraba y con eso le bastaba.
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El Lobo en la Niebla (Friends 2 Lovers - Slowburn) (COMPLETADA)
RomanceSofía es una adolescente de diecisiete años que lo único que quiere es poder tener una vida normal, algo difícil ya que su padre es un hombre lobo y su madre una cazadora de seres sobrenaturales. Cuando Ángel, su amigo de la infancia y novio en la a...