Aquella tarde Sofía decidió salir a correr un rato por el mismo camino de tierra que esa mañana tomó para llegar a su instituto. Afortunadamente había dejado de llover, y las nubes se habían convertido en gruesos parches grises con pequeños claros que dejaban entrar la anaranjada luz del atardecer. A su lado, con la lengua colgando entre las fauces, trotaba Kas, su dobermann de color negro y fuego.
Mientras corría, Sofía se concentró en mantener el ritmo de su respiración acompasado con el de sus pisadas. Durante un puñado de zancadas cerró los ojos y dejó que el aire fresco y húmedo del bosque entrase en sus pulmones. A su nariz llegaron decenas de olores, todos ellos familiares entre los que destacaban el de la tierra mojada y el de los pinos que la rodeaban. Sí, era consciente de que estaba cediendo a sus instintos, estaba olfateando. Una parte de ella se sentía culpable por dejarse llevar por la naturaleza de cánido que había heredado de su padre, pero olfatear la relajaba. De hecho, por eso había salido a correr, porque necesitaba relajarse un poco y pensar.
—Un cinántropo... —murmuró, y aquella palabra le provocó un nudo de nervios en el estómago.
Aquel encontronazo le había hecho revivir demasiadas emociones que quería dejar enterradas para siempre. Desde que se alejó del gremio de cazadores no había vuelto a estar en contacto con uno de ellos, y no quería volver a tener uno cerca. Llevaba un año esforzándose por construirse una vida normal, una vida humana, para poder dejar el mundo sobrenatural atrás para siempre. Ver el miedo en su mirada y la sangre manchando su hocico le había hecho recordar por qué tuvo que huir de los que, hasta ese momento, habían sido sus amigos.
—¡Mierda! ¿Qué has matado? —gimió.
Dos ancianos que habían salido a coger setas se quedaron mirándola. Sintiéndose muy idiota, Sofía agachó la cabeza y siguió corriendo. En el camino se cruzó con algunas personas más que habían decidido usar la tregua que les estaba dando la lluvia para salir a pasear. Eran gentes del pueblo, caras familiares de vidas humildes y sencillas que no sabían que en sus tierras había aparecido una criatura nacida de las leyendas.
El Cerro era el pueblo más embrujado de España después de Trasmoz. Al menos eso solían bromear sus vecinos, aunque detrás de la broma había bastante de verdad. Todos los otoños se celebraba una fiesta pagana llamada La Noche de las Brujas. Tenía sentido, teniendo en cuenta que muchas vecinas, diestras en hacer pomadas e infusiones, jugueteaban más con la magia de lo que muchos creían. Tampoco faltaban historias de hombres lobo y hasta de apariciones espirituales, aunque Sofía no había visto evidencia de que hubiese un solo cinántropo en el pueblo.
—Y ahora tenéis a un auténtico hombre lobo en el bosque... —murmuró Sofía, que casi se quiso reír de la ironía.
Después de un rato corriendo, Sofía se detuvo para estirar los músculos. Mientras ella hacía sus ejercicios, Kas se entretuvo olfateando algo que había encontrado cerca de la linde del bosque. A primera vista parecía un simple charco, aunque tenía una forma un tanto peculiar. Cuando el perro consideró que había completado el pertinente análisis, empezó a husmear un arbusto cercano con mucho interés. En sí no parecía tener nada de especial, pero la manera en la que metió los hocicos entre las hojas para aspirar con fuerza despertó la curiosidad de la chica.
—¿Qué has encontrado?
Kas la miró y movió su pequeña cola. La lengua colgaba entre sus fauces, abiertas en algo que parecía una sonrisa. A Sofía le dio un vuelco el corazón al ver lo que había enganchado entre las ramas del arbusto. Un mechón de pelo blanco. Al fijarse mejor, los charcos a los que Kas había prestado atención eran huellas, las huellas de un cánido enorme que se habían llenado de agua gracias a la lluvia. Un gemido angustiado salió de su garganta cuando vio otro par de huellas junto a las primeras, estas mucho más recientes; zapatillas.
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El Lobo en la Niebla (Friends 2 Lovers - Slowburn) (COMPLETADA)
RomanceSofía es una adolescente de diecisiete años que lo único que quiere es poder tener una vida normal, algo difícil ya que su padre es un hombre lobo y su madre una cazadora de seres sobrenaturales. Cuando Ángel, su amigo de la infancia y novio en la a...