Capítulo 8; Noche de Candelabros, Magia y Pociones

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 El festival de la Noche de las Brujas era uno de los eventos más esperados del año. Algunos pensaban que se trataba de una fiesta para honrar a un santo que había expulsado un aquelarre de brujas. En realidad fueron las brujas las que expulsaron al inquisidor que vino con intención de limpiar el pueblo del pecado. El Cerro realmente era un pueblo embrujado, donde la magia todavía estaba presente en sus costumbres y en sus supersticiones. Sofía lo sabía bien porque conocía al menos a una familia donde todas sus mujeres eran hechiceras.

Lo que se celebraba era una fiesta pagana muy antigua. Según las leyendas, la barrera que separaba el mundo de los espíritus del mundo de los vivos se debilitaba, permitiendo el contacto con ellos a través de varios conjuros y rituales. Sin embargo, era algo más complicado que tenía que ver con canales de energía que justo esos días del equinocio de otoño fluían con más fuerza. Sara se lo había intentado explicar pero Sofía seguía sin entenderlo bien, quizás porque ella no era capaz de sentir esos canales como sí lo hacía su amiga.

En cualquier caso, en el pueblo se celebraba por todo lo alto, con un mercadillo medieval, espectáculos de duelos de espadas, juglares y un montón de personas disfrazadas para dar el pego. Era como viajar al pasado, y a Sofía le encantaba.

Todavía quedaba un rato para que las hermanas de Sara iniciasen su espectáculo de la queimada, así que Sofía estaba aprovechando para ojear los puestecillos artesanales. Como era de esperar, se mantuvo alejada de aquellos que mostraban joyería. Seguramente era bisutería, pero lo mismo pensó cuando tenía quince años y aquella pulsera de plata le había dejado una cicatriz de recuerdo. Sin embargo, se entretuvo cotilleando un puesto de jabones y velas artesanales que mostraba una interesante y colorida colección. Los había de todo tipo, desde aquellos con formas sencillas hasta otros que imitaban mariposas, flores o calabazas. La mezcla de fragancias y perfumes era intensa, lo suficiente como para que su sensible nariz de loba se sintiese abrumada.

—¿Te interesa algo? ¿Algún jabón quizás? —dijo la propietaria del puesto a la vez que le ofrecía una pastilla con el color y el olor de la lavanda.

—No, gracias —contestó Sofía con una sonrisa de cortesía.

Al girarse para regresar a su paseo entre los puestos chocó con alguien que se había detenido en mitad del incesante flujo de personas. Un nuevo olor que recordaba a pino, a tierra húmeda, a lluvia y a naturaleza, inundó su nariz y alejó los demás aromas, incluidos los del puesto.

—¿Pero se puede saber por qué te paras así de golpe, pedazo de...?

—Disculpa, yo... ¿Sofía?

—¡Oh! Dave, hola. Al final has decidido venir. —Una pequeña sonrisa se abrió paso en sus labios y su irritación se esfumó por completo. De todos modos, había sido una tontería.

—Sí, aunque no estoy seguro de que haya sido tan buena idea —contestó mientras miraba a la muchedumbre a su alrededor y se relamía los labios con evidente incomodidad—¿Sabes por dónde queda eso que han preparado las hermanas de Sara? Llevo un rato dando vueltas pero no consigo encontrarlo.

—Sí, es por aquí. Ven.

Sofía hizo un ademán de agarrarle la mano pero se detuvo antes de que sus yemas llegasen a rozar su piel. Después de valorar sus opciones, decidió cogerle de la oscura chaqueta que llevaba puesta para que no se despistasen mientras avanzaban entre la multitud. Había tanta gente que caminar era casi imposible y Sofía se dio cuenta de que el chico no dejaba de relamerse los labios y de desviar la mirada hacia los lados.

—No te gustan estos sitios —observó.

—No mucho, la verdad. Las multitudes me agobian bastante, así que siempre he preferido espacios abiertos. Me temo que no soy la mejor compañía para venir a un mercadillo o ir a un concierto —confesó él con una pequeña sonrisa de disculpa.

El Lobo en la Niebla (Friends 2 Lovers - Slowburn) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora