Después de beber el brebaje, Mónica los despachó y le dijo a Sara que se fuese a disfrutar del festival, que ya había cumplido con creces. La chica no se lo pensó dos veces y, tras despojarse de la túnica de bruja, cogió a sus dos amigos y se marchó. Después de dar un corto paseo por el mercadillo, los tres se fueron al parque. Destellos de palpitante luz brillaban en la hierba y sinuosos dibujos decoraban los altos árboles y las hojas que colgaban de los arbustos. El lugar normalmente era bonito pero ahora parecía mágico.
Sofía, que no era capaz de dejar de sonreír maravillada, paseó sus dedos por las largas y duras hojas de un arbusto. Unos tatuajes sinuosos que se retorcían en complejas espirales recorrían toda la ancha superficie. En contraste, las líneas que Sofía tenía en su cuerpo parecían más suaves, casi como si correspondiesen con una versión idealizada de su sistema circulatorio.
—Es fascinante, ¿verdad? —Dave alargó la mano hacia la hoja para acariciarla y, al hacerlo, sus dedos se encontraron con los de la chica—. Me pregunto si estas marcas serán aleatorias o tendrán algún tipo de significado.
Sofía, muy consciente del agradable olor a bosque que emanaba de su piel, se giró hacia él. El chico estaba observando a aquella planta con el mismo interés con el que admiraría un increíble descubrimiento arqueológico, y no como el arbusto típico de parque que era. Sus dedos recorrían las líneas luminosas casi como si intentase memorizarlas, y la luz mágica que emanaba de ellas se reflejó en sus ojos y resaltó su color. Había una fascinación tan pura y sincera reflejándose en ellos que Sofía no pudo evitar sonreír.
—¿Significado? —preguntó ella.
—Sí. Esta es una adelfa, nerium oleander, y este de aquí es un acebo, ilex aquifolium. Sus propiedades son similares, las dos son tóxicas, pero las marcas de sus hojas son muy diferentes. Claro que ambas son especies diferentes, y la toxicidad de la adelfa viene de la oleandrina mientras que en el acebo son alcaloides, teobromina y... Perdona... te estaré aburriendo —dijo, torciendo los labios en una pequeña mueca de disculpa, y echó a andar por el camino de tierra.
—Para nada, es muy interesante. ¿Te gusta la naturaleza? Me he fijado que siempre prestas mucha atención en clase de Rosa —comentó Sofía con una tranquilizadora sonrisa mientras paseaba a su lado.
—Sí, desde pequeño me ha gustado todo lo relacionado con las ciencias naturales —dijo, y levantó la mirada hacia los enormes árboles que alzaban sus desnudas ramas sobre ellos.
—Colega, si te interesa mucho le puedo decir a mi hermana que te lo explique, que ella es la que sabe de estos rollos —comentó Sara.
—Yo... te lo agradezco pero no quiero molestar.
—¡Tonterías! Mónica estará encantada de tener a alguien a quien darle el coñazo con las hierbas —dijo mientras le pasaba un brazo alrededor de los hombros.
—Gra... gracias —Dave se relamió los labios y dio un discreto paso a un lado para apartarse del invasivo gesto.
—¡Sara! ¡Sara!
Lola llegó corriendo desde una zona del parque que había junto a un enorme árbol, donde ella y su grupo de amigos estaban haciendo botellón. La chica, que iba vestida de punta en blanco como siempre, llevaba puesto un ajustado vestido de manga larga pero con un marcado escote, unas botas altas y tanto maquillaje que podría pintar un cuadro frotando la cara contra un lienzo. Los tatuajes de luz que cubrían la piel de su rostro le hacían parecer una de aquellas hadas que eran tan hermosas como traicioneras.
—Ah, hola...
Al reparar en Sofía, Lola torció la boca en una mueca de asco y la miró de arriba a abajo como si fuese un insecto. Sofía sonrió con cinismo y le aguantó la mirada con la cabeza bien alta. No le iba a dar el gusto de dejar que sus desprecios la afectasen. Sin embargo, Lola tenía algo más interesante en lo que centrar su atención. Con un movimiento altivo, con el que pretendía dejarle claro su desdén, se giró hacia Dave y la expresión de su rostro se transformó por completo para mostrar una amplia sonrisa y una mirada coqueta que hizo que Sofía pusiese los ojos en blanco.
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El Lobo en la Niebla (Friends 2 Lovers - Slowburn) (COMPLETADA)
RomansaSofía es una adolescente de diecisiete años que lo único que quiere es poder tener una vida normal, algo difícil ya que su padre es un hombre lobo y su madre una cazadora de seres sobrenaturales. Cuando Ángel, su amigo de la infancia y novio en la a...