La luna todavía no había salido, todavía le quedaba cerca de media hora para ello, pero Sofía ya notaba su influjo en la manera en la que la energía se revolvía dentro de su pecho. Claro que también era posible que aquello fuese a consecuencia de la inquietud que sentía atenazando su estómago. Daba igual. Lo único importante era encontrar a Rodrigo antes de que Dave hiciese una estupidez. Sabía dónde estaría el rastro falso así que su mejor apuesta era empezar a buscar por el prado de helechos.
Ataviada con su uniforme de cazadora, que pretendía utilizar para asustar a Rodrigo, corrió sin descanso a través del bosque. Cada varios jadeos intentaba respirar aire a través de su nariz para captar algún olor que la pudiese guiar hacia su objetivo, pero estaba demasiado nerviosa y todos parecían mezclarse de manera confusa. 'Espero no encontrarme con Dave. Sé que en algún momento tengo que contarle la verdad, pero no sé cómo hacerlo'.
Cuando llegó al prado de helechos, Sofía se detuvo y se permitió unos breves instantes para recuperar el resuello antes de levantar la cabeza para olfatear el aire. Una amalgama confusa de olores se adentró en su nariz pero no tardó en apreciar un hedor repugnante que le hizo torcer los labios en una mueca de asco. Se trataba del olor de la carroña. Lo siguió por aquella amplia zona regada por los últimos rayos del sol hasta que encontró su origen. Era el cuerpecillo de una corza que había tenido la mala fortuna de cruzarse en el camino de cierto cinántropo, y por la escasa carne que quedaba sobre aquellos huesos, su amigo había dado buena cuenta de ella.
Sofía se agachó junto al cuerpo y no tardó en localizar las huellas de Dave. No eran huellas normales, se notaba que había buscado aquellas zonas donde el terreno era más blando y había presionado el suelo a conciencia. Por las briznas de hierba partida pero levantada, Sofía supo que era el rastro que había creado el día anterior. Su olor estaba muy presente en el aire, mezclado entre los muchos aromas del bosque, pero era demasiado débil y estaba demasiado disperso como para ser reciente. Sin embargo, el olor a hierro y a pólvora que llegó a su nariz era mucho más reciente, al igual que la línea de pisadas de botas que se adentraba en el bosque.
—No hace mucho que ha pasado por aquí. Con un poco de suerte podré emboscarle y asustarle lo suficiente como para que se largue de una vez —se dijo Sofía mientras se ponía en marcha de nuevo.
Durante un buen rato siguió el rastro con el mismo paso metódico y silencioso que su madre le había enseñado. Odiaba tener que utilizar aquellas habilidades pero al menos era para algo bueno. Mientras avanzaba se mantuvo atenta a su entorno, pero lo único que percibió fue el sonido del viento entre las ramas y sus propios jadeos. Cada vez estaba más oscuro, y aunque ella podía ver a la perfección, lo que le preocupaba era el momento en el que saliese la luna llena. No creía que fuese a cambiar, porque era lo que le faltaba, pero Dave sí que lo haría. Durante varias horas estará obligado a permanecer en su forma real, a merced de cualquier peligro, y Rodrigo ya fue capaz de herirle una vez.
—Idiota. ¿Por qué haces esto después de lo que pasó la última vez?
Frustrada, soltó un áspero gruñido y le dio una patada a una piedra que la mandó rodando por el suelo. Sofía la siguió con la mirada hasta que se detuvo contra la raíz de un árbol cercano, muy cerca de otra huella que pertenecía a la pata trasera de un cinántropo. Sin embargo, no fue eso lo que le había llamado la atención. Fue algo algodonoso y blanco que había enganchado entre los rugosos pliegues de la madera.
Sofía se acercó y lo agarró para frotarlo entre sus temblorosos dedos. Era un mechón de subpelo, y por la intensidad del olor que llegó a su nariz era bastante reciente. Aquello no era tan extraño teniendo en cuenta que Dave estaba en plena muda primaveral, y llevaba días perdiendo tanto pelaje que Sofía se habría podido hacer una bufanda con él. Sin embargo, algo no terminaba de cuadrar. Lo habitual era que el pelaje se quedase enganchado en la vegetación, pero no incrustado en una raíz, justo al lado de una huella y en una zona muy visible.
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El Lobo en la Niebla (Friends 2 Lovers - Slowburn) (COMPLETADA)
Roman d'amourSofía es una adolescente de diecisiete años que lo único que quiere es poder tener una vida normal, algo difícil ya que su padre es un hombre lobo y su madre una cazadora de seres sobrenaturales. Cuando Ángel, su amigo de la infancia y novio en la a...