Una brisa fresca movía las finas cortinas que cubrían el ventanal de la habitación de Minhyung invadiendo cada rincón de ésta con el frío invernal. El dramaturgo yacía dormido sobre la cama sumido en un profundo sueño que necesitaba para reparar unas pocas piezas de su estropeada mente. Había estado forzándola demasiado en tan poco tiempo que no veía forma de arreglar ninguno de los problemas que le atormentaban, de hecho, sentía que debía morir para volver a la normalidad.
¿Qué es la muerte al fin y al cabo? Todos desean llegar al paraíso, mas nadie acepta el fallecimiento del cuerpo terrenal con tal de alcanzarlo.
Minhyung había olvidado ser feliz, se había olvidado de vivir su propia vida sin sentirse depresivo ante todo lo que le rodeaba. ¿Cuál era su función en el mundo si ahora ni siquiera podía deambular con libertad mientras recitaba sus poemas favoritos?
Deseaba poder experimentar las sensaciones que él consideraba más humanas; anhelaba amar a alguien por su propia voluntad y tener una familia la cual cuidaría como es debido. Les mostraría su pequeño don para la literatura y les mostraría todas las maravillas que las palabras son capaces de hacer.
Sin embargo, lo que más deseaba en ese preciso instante era dejar de sentir como sus emociones se apoderaban de él y sus pensamientos lo destruían con cada segundo que pasaba. Quería dejar de sentir, dejar de sufrir una condena que no no era suya.
Unos pocos minutos después, Minhyung despertó.
Observó aún somnoliento las cuatro paredes que le rodeaban, pintadas de blanco y dibujadas delicadamente por los mejores artistas de la época. Se percató del frío que le rodeaba, por lo que se levantó rápidamente con tal de cerrar el ventanal lo antes posible. Lo que menos necesitaba era caer enfermo en un lugar donde cualquiera podía asesinarlo sin previo aviso.
Una vez lo cerró, unos suaves golpes sonaron en la puerta recibiendo toda la atención de Minhyung.
-Adelante-musitó casi inaudible. Fue suficiente para que Jiyu ingresara en la habitación con una leve sonrisa. Le agradaba verla ser ella misma, aunque tan solo fuera cuando se encontraban juntos.
-Buenos días, señor. ¿Cómo amanecistéis hoy, bajo el manto helado del invierno?-expresó la joven. Minhyung rió orgulloso, prestarle algunos de sus libros estaba surtiendo efecto. Se había jurado a si mismo que transmitiría toda su sabidura a la mujer que le acompañaba en ese vil castillo lleno de maldad, por este motivo le enseñó a escribir, leer y, por supuesto, la fascinó con la poesía.
-Buenos días, joven Jiyu. Me agrada veros con la poesia incrustada en vuestras efímeras palabras. Seréis una digna dramaturga, inclusive mejor que este ser con quien estáis intercambiando conocimientos.
-No digáis eso, señor. Vos siempre seréis mi mejor mentor y el dramaturgo más admirado.
-Atesoraré vuestras palabras como a un descendiente de mi sangre, más no sois una simple aprendiz, también sois mi fiel compañera.
Jiyu abrió los ojos sorprendida. No esperaba que alguien a quien consideraba superior la viera como algo más que una esclava con la única función de servir a los demás. Definitivamente le debía la vida a quien le permitió conocer a un individuo tan especial.
-Gracias, Minhyung.-espetó sonriendo. Era la primera vez que lo llama por su nombre, sin honoríficos ni distinguiendo su nivel social. Eran iguales; dos humanos inhalando oxígeno para mantenerse con vida.
-Guardad los agradecimientos, no son necesarios entre iguales por un cumplido que siento real.
Jiyu continuó con sus quehaceres diarios mientras Minhyung le contaba maravillas sobre la literatura. El tiempo pasaba lentamente, mas lo agradecían porque son esos escasos momentos de felicidad los que jamás se olvidan. Cuando la esclava terminó, ejecutó una reverencia y salió de la habitación dejando la puerta entreabierta por petición de Minhyung. Este se volteó y escuchó la puerta abrirse de nuevo, sin embargo, volvió a creer en su absurda intuición y pensó que se trataba de su fiel compañera.
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poemas escritos bajo la lluvia | markhyuck
Fanfiction❝Nuestros corazones se unieron en un efímero choque de miradas, pero el destino ya había jugado sus cartas.❞ #6 en poeta entre 2.3k [28/09/22]