Capítulo 31

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POV Poché

Domingo 28 de agosto

Desperté llena de sudor, había tenido una pesadilla horrible o a lo mejor fue un recuerdo no estaba muy segura, pero si me sorprendió notar a Daniela a mi lado completamente dormida, no era normal en ella no notar cuando me despierto o no sentir la humedad, porque mi sudor incluso había mojado la cama. Me acerqué a ella para levantarla y poder cambiar las sábanas. La sacudí un par de veces y apenas reaccionaba.

Poché: Dani... Dani... - Le toqué la frente y estaba ardiendo –

Poché: Mierda – me levanté corriendo y con mi teléfono llamé a Maca y le dije que viniera–

A los pocos minutos Maca apareció en la habitación.

Maca: ¿Qué sucede? – dijo alterada por mi estado –

Poché: Es Daniela, no despierta y tiene fiebre – dije preocupada –

Maca se acercó a Daniela y rápidamente se puso pálida.

Maca: Está muy enferma – dijo alterada –

Poché: ¿Veneno?

Maca: Si... - dijo confusa – pero no puede ser... - me miró seria –

Poché: Ni se te ocurra pensar que yo le hice algo – dije enojada –

Maca: No, lo sé si hubieras sido tu ya estarías muerta, te recuerdo que te dio de su sangre, si un vampiro está envenenado su sangre es más letal que cualquier veneno del mundo.

Maca: No sé qué le pasa

Poché: ¿Es por qué no ha comido?

Maca: Sí eso también hace que esté así de grave, pero hay algo más y no sé qué es...

Poché: Démosle sangre

Maca: No servirá así... voy a buscar a alguien... lo tiene que vaciar, vuelvo en poco tiempo.

Rápidamente desapareció de la habitación. Yo me senté al lado de Daniela y le cambiaba paños húmedos en su cabeza, ni si quiera sabía si eso servía de algo para los vampiros, pero no quería sentirme más inútil de lo que ya lo hacía. El reloj se movía rápido y lo que en principio pensé que serían 10 minutos acabaron siendo 20, 30, 40 y Maca seguía sin aparecer.

Me cansé de esperar y me armé de valor, fui por la casa intentando llegar a la cocina, cuando la encontré busqué en los cajones hasta conseguir un cuchillo, subí a la habitación y como pude senté a Daniela en la cama y me posicioné en sus piernas a ahorcajadas. Estaba asustada y no sabía qué hacer realmente, pero no quería vivir sin ella, no quería verla mal y sobre todo no quería perder lo único que me ha hecho feliz. Tome con determinación el cuchillo, respiré varias veces y cuando iba a hacerlo su brazo me detuvo.

Daniela: No – susurró muy débil –

Poché: Sí y esta vez no es negociable, ¿Entonces... muerdes tú o corto yo? tú eliges.

Daniela: No quiero – una lágrima cayó por su mejilla –

Poché: No voy a perderte Daniela – dije seria volviendo a sujetar el cuchillo con fuerza –

Daniela: Espera – dijo agitada –

Abrió un poco los ojos, nos miramos unos segundos hasta que yo estiré mi cuello hacia arriba y me acerqué a su boca. Su respiración cada vez estaba más agitada, y de reojo pude ver como sus colmillos salieron de inmediato, pero también podía notar todo el esfuerzo que estaba haciendo para evitarlo, para aguantar, para esperar que Maca llegue con la solución.

V de VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora