Después de que tus padres, Capitán América y Ironman renunciaran de ser super héroes, dejan a tus hermanos y a ti como los nuevos encargados de la iniciativa Vengadores para nuevos super héroes que andan por ahí escondidos.
Pero tú no tienes mucho i...
Cuando desperté estaba en un estacionamiento, sentada en una silla con las manos amarradas tras mi espalda, por más que hiciera fuerza para desamarrar esa soga no podía, se hacía la presión en mis muñecas, lo último que recuerdo es estar en mi departamento peleando con esos dos gorilas rusos, también recuerdo que en mi teléfono estaba el número de Matt... momento, ¡Matt me llamó!, ¡El sabe que estoy en peligro!.
No tardes diablo... porfavor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de unos minutos vários hombres comenzaron a aparecer, pero cuando digo que eran varios es que son demasiados hombres en este momento, yo no podría sola con ellos.
– Por fin despiertas – no contesté – ¿Te comió la lengua el diablo?.
Si les dijera.
– Sabemos quién eres ____, nos servirás de mucho, especialmente a Fisk.
– ¿Cómo sabes mi nombre?.
– No es un secreto que seas la hija de los difuntos héroes – se acercó a mi hasta quedar cara a cara – El capitán América y Ironman ya no vendrán a salvar a su pequeña hija – con su dedo me pico la nariz, solo suspiré con enfado.
– te romperé ese dedo cuando me libere de aquí.
– ¿Todavía creés que podrás escapar? – dijo con burla – si sales de este lugar, será para visitar a tus padres...sabes a lo que me refiero.
– Tu no sabes cómo provocar a la gente.
– Ahora dime – se puso más cerca – ¿Dónde está Daredevil?.
– Yo qué sé, no lo conozco.
– Oh, claro que sabes – hizo una seña con sus manos, otro sujeto se acercó con una tablet en sus manos – tengo pruebas – me mostró un vídeo.
Era cuando Matt y yo peleamos contra los ninjas y uno me había lastimado la mano.
Matt/D: ¡____!
– ¡Estoy bien!
–
– El dijo tu nombre, por eso estás aquí, sabemos que vendrá, así que dinos quién es y serás libre.
Eres un idiota Murdock, espero que vengas para patear ese trasero.
– No conozco su identidad, solo he peleado con el una vez – hizo un chasquido y un hombre más grande apareció, era uno de los rusos – va a doler – susurré.
– Dale – ordenó y me metió un golpe en la mejilla – ¿¡Dinos quién es?!.
– ¡Te dije que no sé, idiota! – otro golpe pero está vez en mi estómago.
