FANTASIA

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Todos me admiten cuando me ven llegar a sus salones....
Saben que no soy peligrosa y que muevo información necesaria para el mejor funcionamiento de los clanes....
No soy una espía propiamente dicha, sino mas bien un correo.
Cuando llegue, me miraron pero no me prestaron atención, algunos me saludaron con un movimiento de cabeza, para no interrumpir a los que hablaban exponiendo la estrategia.
No había ninguna silla libre así que me queda de pie, junto a la tuya, que estabas situado un par de metros por detrás de los demás, conservando siempre tu espacio vital.
Tu manaza trepo por mi falda hasta llegar a mi trasero y desapareció rápidamente para volver a aparecer por debajo de ella.
Una sonrisa se instalo en mi rostro, ya había visto en la bola de cristal ese movimiento tuyo y decidí sorprenderte.
Te quedaste un segundo paralizado e intentaste mirarme al rostro cuando fuiste consciente de que no llevaba ropa interior.
Superada la sorpresa, te dedicaste a tocar y excitar todo aquello que estaba a tu alcance, osea...todo.
Una mirada de reojo, me confirmo que no era yo sola la que tenia su intimidad ardiendo y encharcada...
Con un movimiento un poco brusco, me sentaste en tu regazo con la falda bien levantada e instalada para que los demás no advirtieran nada...
Note la suavidad de los pantalones de cuero contra mis glúteos y a continuación tu espada golpeaba mi carne
Habías sido hábil para soltarte el nudo que sujetaba tu cintura.
Un movimiento lento y centímetro a centímetro te instalaste en mi interior...
Tu suspiro hizo que un par de compañeros miraran en nuestra dirección unos segundos.
Pasado el primer aprieto , nuestros movimientos eran lentísimos, tan agónicos que de vez en cuando los demás nos miraban un tanto extrañados.
Cuando termino la reunión todos se pusieron de pie y te miraron para saber por que tu no les seguías hacia la ofensiva...


-Id montando, tengo que darle un par de directrices a esta palomita mensajera...


En cuanto salieron por la puerta, te incorporaste y avanzaste hasta que me pude sujetar con la mesa que estaba en el centro del salón, allí y sin temor a que nos descubrieran, comenzaste a empujar y empujar con movimientos duros y largos, haciendo que la larga mesa de madera se moviera a la par que nosotros, tus manos en mi cintura no me dejaban mover y los pechos agonizaban por no tener mas contacto que el roce de la ropa.
Dentro,  fuera y el movimiento de vaivén era  visible en mi mente, hasta que ambos encontramos la liberación

Supe que había sido un éxito mi mensaje telepático desde el otro lado del salón, cuando te vi respirar agitado en tu silla y cuando tus compañeros de armas se levantaron y salieron del salón te dirigiste hacia mi sofocado.
Recuperaste el aliento, me besaste tierno y me miraste a los ojos....


-No se si eres mi salvación o mi perdición...mujer...

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