Inquietud

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Estaba inquieta algo golpeaba en mi mente, no dejándome tranquila.
Salí por la ventana convertida en pájaro, no quería dar explicaciones a los hombres que custodiaban los pasillos y hacían las guardias.
Al poner el pie en tierra ya había recuperado mi forma.
Camine rápido por el bosque desde antaño amigo en el cual aprendí junto a los míos.
Llegue hasta el lago y te vi, moviéndote por el agua.
Tosí un par de veces para estar segura de que tenia toda tu atención.
Solté el prendedor que llevaba en el hombro y la túnica callo a mis pies. Camine hacia ti, vi tus ojos de cazador brillar en la oscuridad.
Me encarame a una rama tumbada a cierta altura sobre el agua y camine hasta su extremo, despacio para que no te perdieras un solo detalle, me zambullí con un pirueta perfecta.
-Mujer tu si sabes llamar la atención.
Nade un poco a tu alrededor hasta que me alcanzaste, salimos un poco del agua y nos fundimos en un abrazo mientras que trasmitíamos la pasión con los labios.
Nos dejamos caer al suelo pero en el ultimo instante te quedaste debajo.
-Tócame- ordenaste
Sonreí, sabes que me encanta hacerlo.
Comencé por besar tu rostro haciendo especial hincapié en esa bella cicatriz, después le llego el turno a tus orejas perfectamente redondeadas en donde metí mi lengua y luego sople para proporcionarte una mezcla de placer y escalofrió.
Baje hasta el pecho no sin antes morder ligeramente la clavícula.
Desde allí, masaje levemente los pezones coronados de bello oscuro, mi ruta se acercaba peligrosamente a tu espada, la cual sabiendo lo que puedo hacer con ella, pedía atención urgente, pero me desvié para dedicarle unas tiernas y húmedas caricias con mi lengua a tu otra cicatriz, esa que tienes en la ingle.
Tus gruñidos de aprobación me indicaron que apreciabas mis esfuerzos , así que por fin volví al pequeño tirano que habita entre tus piernas.
Concentrada en la labor no quise hacer caso de la primera sensación de peligro, lamí y succione hasta que sentí el ruido de pasos, caballos y soldados, el caos a nuestro alrededor...
Me puse de pie de un salto, me vestí con un chasquido de dedos y te mire un segundo.
-Te ocultare, te podre a salvo tu lucharas por los dos de ser necesario...
Moviste la cabeza en señal negativa, no querías dejarme sola, pero chasquee los dedos y ya estabas a varios kilómetros del lago..

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