Día de Playa

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El calor era agobiante a pesar de que se metiera constantemente en el agua.
La playa estaba saturada de gente y sus amigas seguían sin volver del paseo por la orilla.
Se puso de pie y volvió a darse crema por todo el cuerpo, solo que en esta ocasión se sintió observada.
Recorrió con la vista hasta encontrar quien la miraba y lo localizo.
Un hombre joven, de buen aspecto y ojos de cielo.
Seguramente estaba tan aburrido como ella, pero se giro mientras intentaba darse crema en la espalda lo mejor posible.
Lo siguiente que ocurrió es que una mano masculina, la arrebato el bote de crema y la extendió un poco por la espalda, antes de darla tiempo a protestar.
Así que se le quedo mirando mientras el se lo devolvía y apenas atino a balbucear un tímido gracias antes de que se fuera.
Era el hombre que la había estado mirando.
Se puso cara al sol, para no tener oportunidad de quedársele mirando como una tonta, ya que hacia tiempo que no estaba con nadie.
Pero apenas aguanto tres minutos, su temperatura corporal había crecido varios grados solo de recordar la sensación de los dedos en su piel.
Así que movió la cabeza para dejar de tener fantasías sexuales en la playa, y de nuevo se fue al agua, solo que esta vez la pareció mucha mas fría.
Nado un poco haciendo la remolona y riéndose al compararse mentalmente con una boya gigante.
Refrescada se dio la vuelta para salir, pero el estaba allí.
El agua a su alrededor comenzó a evaporarse, así que nado en dirección a unas rocas que hacían de soporte para una pequeña baliza.
Estaba cansada pero consiguió sentarse en una de ellas, comprobando que si se tumbada, desaparecía de la vista de la gente que había en la playa.
Era extraño como ese desconocido la hacia tener taquicardias y ponerse húmeda al mismo tiempo.
Es mas juraría que si cerraba los ojos y pensaba en el....
Paso sus manos por el pecho para comprobar que efectivamente tenia los pezones tiesos de excitación.
Pobres, hacia tiempo que nadie los mimaba en condiciones.
Así que comenzó un ligero masaje sobre la tela del bikini para terminar de ponerlos erectos, estaban duros y pedían una boca, pero no era posible en ese momento, así que metió las manos por debajo de la tela para pellizcárselos con dureza, hasta casi perder la sensibilidad.
Pero esa travesura, solo la había servido para humedecerse aun mas, así que despacio bajo la mano por su piel, que estaba caliente y se toco ligeramente, al tiempo que volvía a pensar en aquel desconocido.
Con los ojos cerrados le vio salir del agua enfrente de ella, que le miraba asombrada.
Le vio llevarse un dedo a los labios indicándola silencio mientras que ella asentía con la cabeza.
Le vio ponerse de rodillas entre sus piernas, desabrocharla la lazada de la parte de abajo del bikini y hundir la cabeza entre sus piernas, para lamerla lentamente.
Pequeñas pasadas sobre su clítoris en promesa de algo mejor, así que tubo que abrir las piernas para darle mas espacio.
Lamidas grandes y una penetración con su lengua juguetona, que la estaban haciendo volverse loca, pensando en pedirle algo mas...
De pronto el ruido de un motor, la sobresalto, haciendo que toda la imaginación se esfumara, dejándola con uno de los mayores calentones de su historia, así que me recompuso el bikini y se tiro de cabeza al agua. El fresco la ayudo bastante.
Sus compañeras ya estaban de vuelta y tumbadas boca abajo, parecían adoradores del dios RA, así que se sentó para hacer algunos pasatiempos.
No podía concentrarse, sentía que la miraba, pero no quería mirar en su dirección, aunque lo hiciera constantemente por el rabillo del ojo.
Incluso en una de las ocasiones el levanto una lata de cerveza en su dirección, ofreciéndola compartirla, ella le sonrió y negó con la cabeza.
Se encontraba incomoda y era por la tensión sexual que no había conseguido liberar y que además crecía con cada mirada de reojo que le echaba a ese hombretón cada vez mas apetecible.
Decididamente tenia que hacer algo y en vista de la poca intimidad que la ofrecía el agua, se decidió por entrar en le lavabo publico. Era un cubil pequeño de plástico, pero la aislaría de las miradas ajenas.
Se levanto con cuidado, ensayando una sonrisa para el objeto de sus fantasía, pero este no estaba en su lugar, así que camino hasta el baño, abrió la puerta y pestañeo para acostumbrarse al cambio de luz, avanzo un paso y se vio obligada ha hacerlo dos mas hacia el interior, al sentir como una piel se pegaba a la suya.
Sintió un poco de pánico, que desapareció rápido, cuando reconoció el tacto de esas manos, era ese hombre deseable.
Estaba completamente pegado a ella dominándola con su altura, sin necesidad de agarrarla.
¿Para que resistirse o hacerse la estrecha si lo estaba deseando?
Dejo caer su cabeza para atrás, de forma que descansaba sobre la clavícula masculina y le daba paso libre a su cuello.
El la tocaba por todos lados, al tiempo que la apretaba contra su cuerpo para mostrarla que también quería lo que iba a suceder.
Los pezones que anteriormente habían sido castigados, cobraron vida y el de un solo movimiento la desato la lazada a la vez que la daba la vuelta para poder verla en el espejo de encima del lavabo.
Así veía cada gesto de placer, cada vez que se mordía el labio o como abría los ojos mientras su mano comprobaba que estaba húmeda.
Ella se dio la vuelta para poder corresponder a sus caricias y buscar dentro de sus bermudas de baño, que parecieron caer solas al suelo, estaba duro y fresco, así que decidió refrescarse con ese polo, agachándose para besarle las ingles y lamer el pene que la apuntaba exigente.
El la sujeto del cabello, para marcarla el ritmo hasta que tiro de ella de nuevo para tomar entre los dientes los pezones y ponerla una pierna encima de la taza sin tapa del baño.
En esa postura quedaba abierta a las caricias penetrantes de sus dedos.
Ella solo podía seguirle el juego y masturbarle con las manos, al tiempo que le mordía casi con ferocidad el cuello.
Cogiendola de la cintura la puso de pie sobre la taza del baño, un pie en cada lado, dejándola semi abierta de piernas, en una posición un tanto funambulista para su estado así que tubo que sujetarse a las paredes del aseo para no caer, mientras el la lamia y mordía el clítoris, haciendo gemir aun con la boca cerrada.
Se la doblaban las rodillas, estaba al borde del colapso cuando por fin tubo clemencia de ella y la bajo dejándola ponerse en el borde del lavabo para que le ayudara a sujetarla mientras la poseía, con estocadas largas y duras.
Una llamada en la puerta, les paralizo por la sorpresa
-¿Esta ocupado?
El sonrió diabólico y la susurro al oído
-Nunca sabrá cuanto
Mientras que seguía moviéndose despacio, dentro fuera .
Estaba a punto de terminar pero no era capaz de decir nada por que de nuevo la invadía la boca con aquella lengua ávida, así que no pudo avisarle cuando se contrajo sobre el apretándole fuerte como si fuera a fundirle con ella.
Afortunadamente ese estrangulamiento la dio la satisfacción de oírle gemir por primera vez, cuando su corrida la invadió cálida.
Salieron por turnos, para que nadie les viera juntos, aunque la sonrisa la delataría

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