Un sueño muy real

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Estaba profundamente dormida, abrazada a la almohada como habitualmente cuando te vas a trabajar, sujetándola entre mis piernas, con un brazo por debajo acomodando mi cabeza y otro encima, vamos un triste sustituto de cuerpo.

Cuando me llamaste por teléfono, estuviste provocador con esa voz ronca que tanto me excita, sabiendo que cuando me despierto suelo estar receptiva no quisiste ser bueno y jugueteaste con mis ganas.

No me había quedado con tantas ganas de ti en mucho tiempo, así que me di la vuelta, me acomode, me tape la cabeza con la sabana y cerré los ojos con una sonrisa tonta el los labios.

En minutos me relaje por completo sumiéndome en un ligero sueño, bordeando el duerme vela, al poco cuando la oscuridad ya había alcanzado mis parpados y me encontraba en una nieblilla oscura, espesa y acogedora.

Era cuestión de un momento empezar a soñar en estado rem, pero algo me lo impidió.

Sentí que la cama se movía, que algo rectaba por ella en dirección a mi espalda, me bloquee
no podía moverme y aunque hubiera podido un susssssssss en mi oreja me pedía que no lo hiciera.

Sonreí, sabia que te necesitaba y habías venido a mí, moviéndote entre las sombras habías llegado hasta el lugar del mundo donde más te gustaba estar.


Unos dedos calientes cogieron el elástico de mi tanga pero no se molestaron en apartarlo por que solo y un fuerte tirón se deshicieron de el.


Un brazo se había colado entre la almohada y mi cuello llegando a mis pechos para masajearlos con experiencia ponerlos tiesos, duros y necesitados de una boca caliente, que no tardo mucho en aparecer.

Por el otro lado de mi anatomía los dedos agiles habían jugueteado con mi vagina y mi clítoris lo suficiente como para tenerlo mas que dispuesto.

No espero mucho para penetrarme con fuerza, tirando de mi cabello mientras empujaba, lamiéndome el cuello mientras salía, jugueteando alternativamente con mis pechos

Entrando y saliendo mientras sentía su respiración, a la vez que su mano me acariciaba la espalda, estirando mis vertebras, marcando la curva de mis riñones.

Empujando sin control, haciendo que la negrura de mi sueño, se concentrara a nuestro alrededor, para solo dejarme ver con la mente, el frote erótico de su polla en mi cuerpo.

Dentro, fuera una y otra vez hasta hacernos gritar a los dos con una potente corrida.

Cuando desperté de nuevo estaba esplendida, con la idea de una ducha en la cabeza puesto que tenía que quitarme mis jugos de las piernas, pero allí había otros restos que no solo eran míos....


Y sobre el colchón...... el tanga roto.....

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