Under temptation - Kookmin

Capitulo 15

   "Y cuando menos lo piensas vuelves a recaer en ese hoyo donde tanto te costó salir"

    Había tenido tanto llanto guardado desde hace mucho... Lavaba su cuerpo sintiéndose asqueado y recordando todo lo que tuvo que vivir siendo solo un niño.

– Él hace cosas que me dan miedo.

– ¿Qué tipo de cosas?

– Cuando tú no estás... Él pone videos en la televisión donde la gente hace cosas...

– ¿Qué?

– Dice que le gusta, pero a mí me da mucho miedo.

– ¿Qué demonios estás diciendo, Jimin?

– No te enojes conmigo, por favor, mamá. Pero estoy muy asustado, no quiero que me dejes solo con él, nunca más.

– ¡Estás mintiendo! Él sería incapaz.

– Pero mamá... Es verdad. Él toca mis partes sabiendo que yo no quiero – el frágil rubio lloraba desconsolado – lo ha estado haciendo desde hace más de 3 años.

– Sólo quieres que termine mi relación y me quede sola ¿No es así? ¿No será que tú te le has metido por los ojos? ¡Te dije que usaras pantalones holgados! ¡Si algo llegó a pasar fue porque tú lo provocaste!

– M-mamá...

– ¡Ser homosexual es un pecado! ¡Y mentir también! Más vale que no digas eso nunca más o tendrás que irte de aquí.

– ¡Yo soy tu hijo, debes creerme a mi!

– Se acabó la discusión, llamaré al pastor para que venga a orar por ti.

  2 días después...

  El joven de 15 años lavaba los platos con la vista perdida entre la espuma y el agua que salía del grifo. Pensando en cometer una locura y clavar en su garganta el afilado cuchillo que estaba tallando.

  Un cuerpo se posicionó tras de él tomándolo por el cabello, logrando que soltara un grito y a su vez la esponja que tenía en sus manos.

– ¿Te creés muy listo? Tu madre me dijo lo que hiciste... No me llevo bien con los bocones.

– ¡Suéltame! – lo empujó logrando tomar de nuevo el utensilio filoso, con un agarre terriblemente tembloroso – no quiero que me toques más.

– ¿Sabes lo que le haré a tu madre, verdad? Va a sufrir muchísimo.

– Llamaré a la policía – dijo mientras salían lágrimas de sus ojos y su labio temblaba.

– No te creerán, pertenezco a la iglesia más grande de la zona – se burló – pensarán que eres solo un niño loco que quiere llamar la atención. Ahora, suelta eso y ven conmigo a la habitación para que te perdone por lo que dijiste y tu madre no se gane una paliza.

      Releía la carta una y otra vez, sintiéndose tan mal consigo mismo.

No merecía toda la atención que le daban, y no merecía vivir tan bien.

  Se sentó sólito en la mesa y con un encendedor prendió las velas comenzando a tararear.

– Cumpleaños... Felíz... Te... Deseamos... A... Tí... – suspiró y sopló. Cortó un pedazo pequeño y lo comió muy lento.

  Al final en su habitación intentó llamar a Jungkook pero salía fuera de cobertura. Desearía poder haberse despedido, no tenía idea de que tendría que viajar por tantos días.