Under temptation - Kookmin

Epílogo

                        "Y descansa"

— ¿Estás muy caliente, no es así?

   Jimin maulló y chupó fuerte el cuello del mayor — Quiero jugar a algo...

— ¿Sí? ¿A qué?

— Quiero atarte y chupar tu polla...

— Mm... Muy travieso.

     Se puso de pie y buscó las sogas que habían comprado — Quitaré tu camisa y lo haré...

   Antes de que el rubio pudiese cumplir su cometido, Gong Yoo lo tomó fuerte por la muñeca — ¿Creés que soy estúpido? Hace un minuto no querías que te tocara... Y ahora quieres jugar. O estás completamente loco o de verdad me intentas joder.

— Y-yo no...

— Ya basta. Vuelve al maldito piso y termina tu comida.

— Pero estoy caliente, amo... Quiero hacerlo.

— Ni siquiera tienes una maldita erección — cargó la pistola y le apuntó — al piso dije.

  El menor hizo lo pedido — mejor ven y chúpame la polla — Jimin suspiró, abrió la boca y trás mirarlo desde abajo la cerró con fuerza mordiéndole el pene y sacando el tenedor que tenía escondido para clavarlo en el pie descalzo del hombre, tomando ventaja para colocarse de pie y tratar de ponerse nuevamente el pantalón de pijama.

— ¡Malnacido! — gritó al sentir el dolor. Tomó el utensilio y lo arrancó de su pie mientras este sangraba al igual que su polla lastimada — te voy a matar.

  Jimin subió su pantalón y corrió para encerrarse en el cuarto pero antes de entrar, Gong Yoo ya lo había agarrado — ¡Suéltame! — echó su cabeza con fuerza hacia atrás dándole justo en el tabique.

— ¡Maldito! — lo tomó por el cuello e intentó ahorcarlo.

   El menor le dió un codazo en el estómago haciéndolo perder el aire y se soltó para correr hasta la cocina y agarrar el cuchillo que había puesto a mano.

   Gong Yoo cegado por la rabia se abalanzó sobre él tratando de quitarle el arma blanca pero Jimin fue más ágil y se lo clavó en el brazo — Estás muerto... — gruñó completamente rojo de ira.

— No si yo te mato primero, maldito enfermo — tomó el sartén dónde había cocinado y le dió un fuerte golpe en la cabeza haciéndolo caer desmayado.

    El más bajo respiraba erráticamente mientras se controlaba para no matarlo, y es que, mientras peleaba por su vida solo podía pensar en su padrastro y en todo lo que le había hecho.

  En lo cansado que estaba de siempre ser una víctima.

   Caminó con el tobillo dolorido y agarró las cuerdas para atar a aquel hombre antes de que despertara.

   Tenía días sin comer y estaba totalmente débil, más la pelea, su cuerpo no podía más.

   Amarró las sogas en manos y pies de Gong Yoo y con otra más lo amordazó — Aquí el único maldito animal eres tú — escupió.

  Una explosión detrás de él lo hizo voltear asustado.

  Había dejado la estufa abierta y el gas salió hasta hacer estallar el tanque... Todo en la cocina se empezó a quemar y él buscó las llaves desesperado para salir.