Capitulo 3

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Aveces solo debes dejarte guiar por tu corazón. Sin juzgar; actuando como te gustaría que lo hicieran contigo.

   Después de comprar comida se dirigieron al departamento de Jungkook. El rubio estaba apenado por su aspecto y veía deslumbrado el lujo que dicho lugar desprendía; tomaron el ascensor en silencio, hasta llegar al séptimo piso.

  — ¿Cuál es el tuyo? — inquirío el menor.

— Este de aquí — se acercó a una puerta y abrió con una tarjeta — pasa — se hizo a un lado para permitirle entrar primero. Jimin asintió como un niño e hizo lo pedido, ingresando al departamento. Miró desde el techo, hasta el piso. Cada detalle estaba tan bien cuidado.

  Paredes blancas, pulcras a su totalidad. Cortinas de un tono gris claro, y muebles negros. Se veía todo muy sofisticado, neutro y elegante.

— Bien ¿Quieres comer ya o prefieres primero ducharte? — habló el mayor, mientras se quitaba el saco de su traje y lo dejaba en el sofá.

  Esas palabras le hicieron recordar el estado en el que se encontraba — Si tú estás bien con eso yo preferiría tomar un baño primero — respondió apenado.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Claro...

— ¿Cómo haces normalmente para asearte y esas cosas? Perdona si soy imprudente, solo tengo curiosidad.

— Está bien — le sonrió — veces lo hago en centros comerciales, algunos guardias son amables y me dejan entrar unos minutos para lavarme o usar el sanitario.

— Vaya... Me parece increíble que alguien como tú tenga que pasar por todo eso.

— ¿Alguien cómo yo? — preguntó curioso.

— Joven, y lleno de vida...

— Oh, la vida solo está ahí, no es como si hubiese pedido tenerla — dijo sin ánimos.

— No seas pesimista — bromeó — te mostraré el baño, mientras busco algo que te pueda servir, eres muy pequeño a decir verdad así que tendré que hacer algún milagro — sonrió.

  Jungkook caminó delante y Jimin le siguió los pasos hasta una puerta — Toma — le entregó una toalla — está nueva, yo nunca la usé, dentro hay shampoo, crema, jabón, todo lo que necesitas. Tomate tu tiempo, dejaré la cena en la mesa, buscaré algo de ropa y también me pondré más cómodo.

  Una vez solo dentro del sitio, Jimin se permitió mirarse al espejo; su rostro estaba sucio, su ropa era un desastre y su cabello... Soltó la coleta que lo sostenía, dándose cuenta que le llegaba hasta los hombros. Urgó en una gaveta y consiguió tijeras y rasuradoras, tal vez debería aprovecharse un poco de la buena voluntad de Jungkook. Se metió a la ducha y abrió la regadera, una deliciosa corriente de agua tibia mojó su piel haciéndolo gemir ante tan agradable sensación. Lavó su cuerpo y su cabello, dándose el tiempo de disfrutar cada proceso ya que no sabía cuándo podría hacerlo otra vez. Luego de un rato salió del cubículo y se secó con la toalla; una vez frente al espejo tomó las tijeras y cortó su cabello, no lo haría por completo, pero si lo suficiente. Lo dejó más arriba de su mandíbula, sonrió a pesar del cansancio y las ojeras. Se cubrió con una bata de baño y salió para buscar lo que aquel amable hombre le tenía para ponerse.

  — ¡Wow! — fué lo primero que escuchó al cruzar la puerta — Pareces otra jodida persona, amigo.

  Jimin se rió por la forma en que Jungkook le habló.

— Conseguí esto, es una ropa interior que mi padre me regaló hace 4 años, nunca la usé porque no me quedó, tienes estas camisetas y estos pantalones, todo me queda pequeño, espero te sirva, también tienes un desodorante y una loción.

  El rubio estaba sorprendido al ver la gran cantidad de cosas que Jungkook le entregó — Es demasiado, solo estaré esta noche y no tengo donde guardar todo esto — dijo avergonzado.

— No te preocupes por eso ahora, vístete para que cenemos.

  Jimin se colocó una camiseta blanca, era pequeña pero aún así le quedaba grande, los pantalones también. Se rió de si mismo; estaba tan flaco. Salió esta vez ya vestido y Jungkook al verlo estalló en carcajadas.

— ¡Joder! Pensé que te quedaría todo, pero sigue siendo grande para ti, ven a comer — palmeó la silla a su lado y el más bajo se sentó — Bien, pedí pizza mediana con borde de queso y peppers, dos hamburguesas con papas y una gaseosa, espero sea suficiente.

—¡Es demasiado! — exclamó — mi estómago está cerrado por tanto tiempo sin comer, creo que a penas y podré con la mitad de la hamburguesa, es enorme.

— Vas a comer bien, jovencito. Así que empieza — Jungkook comenzó tomando una rebanada de pizza, la llevó a su boca y saboreó — Está muy buena — lo miró que aún no había empezado, así que tomó una y se la puso en un plato — a comer — ordenó tratando de hacerlo sentir cómodo pero por dentro su corazón dolía al pensar cuánto tiempo tendría ese chico sin comer.

  El rubio a penas probó sus papilas gustativas explotaron. Sabía delicioso.   Sin contenerse fué por el segundo trozo, el tercero y el cuarto, no podía creer que estaba comiendo tanto, pero estaba tan sabroso.

  Mordió la hamburguesa un par de veces y se acabó las papas pero sentía que iba a reventar — No puedo más — lloriqueó — fué demasiado.

  Jungkook sonrió satisfecho, quería pagarle por haberle salvado y sentía que estaba haciendo lo correcto — Vamos a esperar unos minutos para que nos acostemos, te mostraré dónde dormirás. Vivo solo pero hay dos habitaciones, nunca se usa porque nadie viene a verme — dijo con un toque de tristeza en su voz.

  — ¿Cuántos años tienes, Jungkook?

— ¿Cuántos creés que tengo?

— Mmh, pues no lo sé, te ves joven ¿24?

— 27, tengo 27 años, no estoy tan joven — se rió terminándose de beber el líquido de su vaso.

— Sigues siendo joven.

  Charlaron un rato más hasta que les dió sueño. Jungkook le mostró la habitación dónde dormiría esa noche, hoy no estaría en las calles y eso a ambos los tenía con el corazón cálido.

— Espero duermas bien — dijo antes de marcharse.

— Jungkook, espera — el mayor volteó a verlo — Muchas gracias por todo.

  El pelinegro sonrió — Gracias a ti, por salvar mi vida.

     Espero les esté gustando 💜

Under temptation - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora