Capítulo 5

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        " Y ahí es cuando te empiezas a sentir diferente, cuestionando todo lo que anteriormente conocías y ahora desconoces"

— ¿Cómo estuvo tu día? — preguntó Jungkook una vez el rubio ya se había vestido. Ambos estaban en la mesa; cenando el pollo al horno que Jessy había hecho con la ayuda de Jimin.

— Estuvo muy bien, hablé mucho con la señora e hicimos labores. Gracias por permitirme quedar hoy también — Dijo sinceramente.

— No tenías que hacer nada, la verdad no me sentí bien dejándote ir — hizo una pausa —  Jimin ¿Hay Algo que te guste hacer o quieras aprender? Puedo ayudarte a conseguir un trabajo.

— ¡Eso me encantaría! — dijo emocionando — no quiero ser un estorbo aquí, pero no es mucho lo que sé hacer, aunque... Me gusta cocinar.

— ¿Quieres hacer un curso de cocina?

— No tengo como pagarlo.

— Está bien, yo lo pagaré y puedes quedarte aquí hasta que tengas como vivir tú solo.

— ¿Por qué haces esto por mi? — preguntó confundido, nadie hacía esas cosas.

— No lo sé, creo que eres un chico que necesita ayuda, y puedo dártela. Podemos ser buenos amigos, la verdad no tengo muchos de esos — dijo brindándole una sonrisa triste.

— Muchas gracias, de verdad — le devolvió el gesto — Tampoco tengo de esos — ambos rieron.

  Esa noche al terminar de cenar cada quien se fué a su habitación. Jimin se sentía cómodo y jungkook ya no se sentía solo.

   Por la mañana el rubio despertó de nuevo temprano para hacer desayuno, la mayoría de las cosas que había hecho con Jessy eran para almuerzos y cenas, y él le pidió hacer las comidas de las mañanas, como una forma de aportar.

Sacó el libro que la mujer le había dejado y leyó la receta de los pancakes: Harina, agua, leche, huevos y azúcar.

  Fácil...

  Comenzó a integrar los ingredientes pero la mezcla salía o muy espesa o demasiado líquida, se estaba frustrando. Pronto Jungkook despertaría y no tenía nada listo, intentó hacerla una vez más y por fin quedó perfecta.

  El ruido de la puerta lo hizo voltear a ver, el pelinegro salía de su habitación medio dormido, sin camisa y en sus pantalones de algodón se notaba una gran erección matutina. Rápidamente desvío la mirada, a él también le sucedia, pero no estaba bien mirarle esa parte.

— Buen día — habló Jungkook tras de él con una voz tremendamente ronca.

— Buenos días — respondió sin verlo, no entendía porqué.

— Ya vuelvo, voy al baño — dijo el mayor.

  Jimin se pasó las manos por el rostro, no estaba acostumbrado a ver a otros hombres así, era incómodo.

  Jungkook salió y se acercó a él —¿Qué estás preparando? Huele bien.

  El rubio volteó a verlo y este estalló en risas — ¿Qué? — preguntó sin entender porqué se reía.

— Tienes toda la cara llena de harina.

— Ay no — se cubrió el rostro comenzando a reír — iré a lavarlo — se excusó antes de ir al baño.

    Así pasaron 2 semanas. Jimin trataba de ayudar lo más posible y Jungkook era incapaz de echarlo de su casa. Ese día estaba muy feliz ya que le tenía la noticia al pequeño de que había conseguido un lugar donde dictaban talleres de cocina, le había pagado el curso completo y estaba comprando los materiales que le pedían.

  No sabía porqué hacía todo esto pero le salía del corazón. Llegó esa noche después de comprar todo, consiguiendo como siempre la cena lista. Pudo notar que algo en el rubio había cambiado: se veía más sano, sus mejillas más rojas y voluminosas, había ganado peso y Lucía... ¿Felíz? ¿Tranquilo?


— Buenas noches, Jiminie — saludó ya con más confianza.

— Buenas noches, Jungkook ¿Qué tal tu día?

  El mayor dejó las bolsas sobre la mesa y le regaló una radiante sonrisa — Te tengo una noticia.

  Jimin lo miró a la expectativa.

  — El lunes comienzas las clases de cocina y todo esto que vez aquí son tus materiales.

  El rubio se cubrió la boca asombrado, sintiendo como su pecho se inflaba de emoción y sus ojos se mojaban. Por inercia corrió y abrazó al más alto — no tengo como pagarte todo esto que has hecho por mi — agradeció sinceramente con tantas ganas de llorar.

  Las manos del pelinegro se posaron sobre su pequeña cintura quedándose ahí solo unos segundos ya que rápidamente las subió a su espalda dando unas palmaditas — No tienes que pagarme nada.

  El abrazo había durado mucho, los dos se separaron aclarando sus gargantas, tratando de disimular lo que sea que haya sido eso — muchas gracias, de verdad — dijo asintiendo con la cabeza.

— ¿Qué hay de cenar? — cambió el tema.

— ¿Ah?

— ¿Ah?

— Oh... La cena, si, mmh, hay pasta — sonrió nervioso.

¿Qué demonios era todo eso? Estaban actuando tan... Raro.

— ¿Te gustaría que bebamos algo después de cenar? Podemos salir a un bar o algo — era sábado por la noche y Jungkook tenía ánimos de hacer algo diferente.

— Me gustaría...

  Heteros con h de homos🤣

Under temptation - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora