Accidente 2

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Kara estaba donde mismo se había quedado, mirando una y otra vez la jeringa. —Lena....— la tomó y se pinchó a sí misma para comprobar que dolía, pero para lo que ella estaba acostumbrada esto no era más que un piquete de mosquito. Gruñó sintiéndose idiota y estúpida por reaccionar así con su amiga y salió al campamento de la pelinegra.

Vio toda la escena, cómo otras hembras venían en su ayuda y la curaban, Lena parecía triste y dolida, estaba lastimada. Vio las vendas que le colocaban y supo que era malo y que había hecho algo terrible.Se sintió peor y suspiró con pesar.

Durante horas y horas esperó hasta que el campamento estuvo en total silencio y todos se habían acostado. Bajó caminando muy silenciosa entre las tiendas. Sus jaguares esperaban cualquier señal para si su amiga era descubierta ellos entrar en acción y formar jaleo, así hacían, para cazar y para todo, era íntegramente trabajo en equipo.

La rubia llegó a la tienda de la pelinegra y buscó por aquí y por allá, cuando no logró entrar por ningún sitio se puso a dar vueltas a la tienda de Lena.

Mientras en la tienda de enfrente estaban Maggie y Alex discutiendo al respecto.

—Cuando me pediste que las siguiera no me imaginé esto, pero yo las dejé en el momento en que Lena le hacía cariñitos en la cabeza...no sé como llegaron a esto. —susurraba Maggie mientras ambas espiaban por un agujero que le habían hecho a su tienda el cual tapaban desde dentro cuando no lo iban a utilizar.

—Es que me imaginé que esa mona la iría a buscar, por los cuentos que nos hizo, y aquí está ella.— dijo Alex y ambas se rieron.

—Son como los Montesco y los Capuleto, la rubia es Romeo y Lena es Julieta— susurraba Alex a punto de reír.

—Sí e igual de pendejas, directo van a los problemas en vez de cerciorarse. Por cierto Alex mi dinero. Te dije que si habían tenido un problema la rubia se arriesgaría y vendría al campamento.

—Me siento mal— susurró Alex pasándole veinte dólares a su novia.— No deberíamos hacer algo?

—Tenemos las pistolas Alex, un tiro y estará muerta, pero no tienes curiosidad?

Alex suspiró derrotada— Si obvio que si!—

Maggie le dio un codazo.— Pusiste el micrófono dentro? por seguridad...

—Tu chisme no tiene fronteras, sí lo hice.— le comentó Alex mientras ambas miraban.

—Bien! en cuanto entre prendemos el walkie talkie y voilá.—

Ambas miraban la escena y cómo Kara necesitaba ayuda pero ninguna saldría de buena samaritana.

Después de muchos intentos y de que en más de una ocasión casi la atraparan Kara logró con ayuda de una ramita meterla por la parte superior del zipper, por donde sus dedos no cabían y logró bajarlo un poco, hasta tenerlo casi hasta su cintura y meterse por el agujero para luego cerrar.

—Recuérdame si se hacen cercanas comentarle a la monita que el zipper se abre por debajo, que el de arriba es sólo para mirar si?— Dijo Maggie a punto de estallar en risa. —Listo está dentro, al walkie talkie...

Ambas se sentaron y prendieron el walkie talkie en volumen bajo para escuchar todo.

Dentro de su tienda Lena dormía plácidamente, Kara la miraba y suspiró. —Lena....Lena...—La tocó para despertarla y la pelinegra que estaba aún soñolienta fue a pegar un grito pero Kara la detuvo. —Favur Lena favur...— susurró la rubia con temor a que la descubrieran mientras le tapaba la boca de forma delicada y Lena asintió para que la soltara.

Corazón indomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora